
Armando Arango
Foto: Ricardo Cuva
Le dicen Chapu por el brasileño Romario pero gambetea tratando de ser como su compatriota Lionel Messi. El argentino Alfredo Ramúa se ha convertido en el ‘arma’ secreta de este sorprendente Garcilaso y hoy el Popular le cuenta más sobre este escurridizo volante.
—Partidazos que han hecho en la Copa.
—Sí. Estamos contentos porque estos triunfos nadie los tenía en mente. Nosotros fuimos y nos paramos bien. Son victorias que nos permite soñar en grande. Ahora es momento de disfrutarlos y pensar en el torneo local.
—Las dos victorias en el exterior con gran participación tuya...
—La verdad que me tocó estar justo en los momentos decisivos pero en sí el equipo está respondiendo bien en el campo.
—¿Estás en tu mejor nivel?
—Como lo hablamos en la interna, este equipo y cada uno de nosotros no tenemos techo. Tratamos de mejorar día a día. Todos estamos unidos por la misma causa y eso se ve reflejado en los resultados.
—¿Con siete puntos ya se sienten clasificados?
—No. Sabemos que estamos bien, que vamos por el camino indicado pero tenemos que seguir trabajando hasta el final.
—¿Eres de Rosario (Argentina)?
—Sí, pero exactamente de una ciudad llamada Villa Gobernador Gálvez que está a 30 kilómetros de Rosario.
—¿Qué pasa con la gente de Rosario que todos son chatos?
—(risas) ¿Te parece? No, para nada, hay gente que también es alta pero yo salí así por mi viejo y mi vieja que son de baja estatura.
—Lo digo por Messi…
—Sí, Messi también es de Rosario pero tranquilo no hay muchos chatos acá (Garcilaso).
—¿Cuánto mides?
—1.62 metros.
—Siete centímetros menos que Messi ¿Fue un problema tu estatura?
—No para nada. Siempre traté de hacer mi trabajo.
—¿No intentaste tomar vitaminas para crecer?
—No, para nada.
—¿Es cierto que de chibolo te decían Romario?
—Sí, cuando llegué a las divisiones inferiores de Newell’s Old Boys el coordinador Roberto Cupo me vio y me puso ‘Chapu’ Romario. Le pregunté por qué me puso así si yo no era goleador y me dijo que fue por mi estatura y biotipo (risas).
—Pero ahora gambeteas como la “Pulga”…
—(risas) Yo hago simplemente mi trabajo. De vez en cuando trato de hacer unos ‘caños’ pero depende de cómo se desarrolla el partido.
—¿Cómo llegaste a CNI?
—Por intermedio de mi representante Carlos Bilicich y ‘Chalaca’, quien pidió mi contratación. La verdad que Iquitos me trae buenos recuerdos porque la gente me trató con mucho cariño. Luego pasé a Venezuela, Ecuador y ahora estoy de vuelta en Perú.
—¿Cómo te trata el Cusco?
—Es fantástico, me siento muy cómodo al igual que mi esposa (Antonela).
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