José Luis Soncco no habría muerto calcinado en la patrulla indica revelador documento de necropsia

Un giro de 180 grados. El suboficial José Luis Soncco Quispe, no falleció quemado vivo por manifestantes que protestaban a en contra del gobierno de Dina Boluarte, en Juliaca, Puno, sino, por un traumatismo encéfalo craneano (TEC). Sino, habría sido atacado por una piedra, según información de la necropsia.

Como se recuerda, el cuerpo del efectivo del orden fue encontrado quemado al costado de su patrullero y cuyo 70 % de su cuerpo se consumió porque fue colocado inerte, al costado de dicho vehículo que ardía en llamas.

PUEDES VER: Puno: dictan 18 meses de prisión para ex policía que quemó al suboficial José Luis Soncco

Cabe resaltar que la muerte de este efectivo policial se registró el pasado 9 de enero, en donde 17 personas, entre manifestantes y pobladores perdieron la vida debido a la represión policial y del Ejército del Perú en inmediaciones del aeropuerto Inca Manco Cápac. 

Responsable de la muerte

El único responsable por la muerte de este suboficial es el expolicía Jhonatan Apaza, por ello, el Juzgado de Puno ya ha dictado 18 meses de prisión preventiva en su contra.

Cabe resaltar, que a Soncco se le habría dotado para su servicio un fusil AKM y una pistola Pietro Beretta, cada uno con dos cacerinas antes de las protestas. En el patrullero quemado se halló el AKM con una cacerina y una pistola con una cacerina, asimismo, se comprobó que partes de las armas que se le halló a Apaza corresponden a Soncco.

PUEDES VER: Puno: trabajadores de EsSalud cometen violación grupal contra enfermera, quien quedó en coma

Finalmente, un testigo protegido dio una declaración determinante para las investigaciones. Él describió las facciones físicas del atacante y después identificó a Erusbel Jhonatan Apaza Uturunco, como uno de los agresores de los policías con el alias de ‘Chato’.

Gobierno no tuvo razón

La versión del gobierno aseguró que Soncco había sido quemado vivo dentro del patrullero PR-14648, en el sector de Tambopata en Juliaca, el 9 de enero. En aquel momento se dijo que habían sido atacados por 350 manifestantes.