En cada celebración de Año Nuevo nunca faltan los clásicos rituales para atraer la buena suerte: las lentejas, las uvas… y claro, también el meterse debajo de la mesa a la medianoche. Muchos lo hacen por tradición o “porque algo bueno trae”, pero pocos conocen su verdadero significado y origen.
La creencia más extendida dice que esta cábala está relacionada con atraer nuevos comienzos y abrirse a las oportunidades, especialmente en el plano emocional. Para algunos, puede estar ligada a atraer el amor; para otros, es una forma simbólica de renovar energías, dejar atrás lo negativo y prepararse para lo que viene.
También hay quienes creen que este ritual puede ayudar a fortalecer vínculos familiares o sentimentales, dependiendo de la intención con la que se realice.
En resumen: no tiene un único significado universal, pero sí se asocia con la idea de transformación y apertura hacia lo nuevo.
No hay una fuente histórica clara sobre el origen de esta cábala. Sin embargo, su práctica se ha extendido por países de América Latina y España, gracias a la transmisión oral y, más recientemente, a las redes sociales, donde se ha vuelto viral cada fin de año.
Simbólicamente, la mesa representa el hogar, la unión y los cimientos. Por eso, ponerse debajo puede interpretarse como una forma de conectar con lo esencial o con los deseos más profundos que se quieren manifestar en el nuevo año.
Esta tradición forma parte del amplio repertorio de cábalas de Año Nuevo que buscan atraer suerte, amor, dinero, salud o viajes. Algunas de las más conocidas son:
Todas estas prácticas, aunque sin base científica, se mantienen por la esperanza y la ilusión con la que muchas personas reciben el cambio de año.
La cábala de meterse debajo de la mesa en Año Nuevo no tiene un significado único, pero suele asociarse con la apertura a nuevas oportunidades, la renovación personal y el deseo de empezar el año con buena energía. Como muchas otras tradiciones de fin de año, no hay garantía de que funcione, pero su valor está en la intención con la que se realiza.
Al final, lo más importante es la actitud con la que recibes el nuevo año. Si lo haces con fe o simplemente por diversión, puede convertirse en una forma simbólica de canalizar tus deseos… o en una buena anécdota para compartir con los tuyos.
Periodista licenciada de la Universidad Tecnológica del Perú. Más de 5 años de experiencia en redacción SEO y estrategias para redes sociales. Interesada en temas sociales y de entretenimiento. Apasionada por la lectura y música.