Las aguas del río Rímac, esenciales para el suministro de agua potable en Lima, han experimentado un preocupante proceso de contaminación que ha generado gran preocupación entre los habitantes cercanos al afluente. El pasado 26 de octubre, se observó sedimentos oscuros y malolientes que despertaron la atención de las autoridades locales.
Ante esta situación, se están llevando a cabo investigaciones para determinar las causas que afectan la calidad del agua y también representan un riesgo para la salud de miles de limeños. Pese a que, la coloración del río suele ser marrón, el tono oscuro ha generado inquietud entre las autoridades.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) sospecha que la contaminación podría estar vinculada a la Central Hidroeléctrica Huampaní. El 27 de octubre, el organismo estatal recibió informes sobre la inusual coloración negra del río Rímac, específicamente en el Puente de Carmen de la Legua Reynoso, en el Callao.
Ante esta situación, un equipo de supervisores se desplazó al lugar para verificar la denuncia y evaluar el impacto ambiental. Durante la inspección, se observó la presencia de aguas rojizas provenientes de una tubería de Sedapal, en la zona cercana a la Atarjea.
Ante ello, el OEFA inició coordinaciones con el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS). Además, se identificaron actividades de mantenimiento realizadas por la Central Hidroeléctrica Huampaní, operada por Orygen Perú SAA, que podrían estar relacionadas con la contaminación.
La empresa Orygen, responsable de la Central Hidroeléctrica de Huampaní, emitió un comunicado en el que niegan estar involucrados en la contaminación del río Rímac.
Según la compañía, los metales pesados y sedimentos detectados por Sedapal no guardan relación con sus actividades. Orygen afirma que no se realizaron labores de mantenimiento en la central en la fecha mencionada, contradiciendo las afirmaciones de Sedapal.