Una pesadilla es la que está viviendo Shirley Ruberto Riega, quien asistió al Policlínico San Juan, ubicado en la cuadra 21 de la avenida Guardia Chalaca en el Callao, para realizarse una operación estética que constaba en quitarse piel extra, pero terminó con los dedos de las manos y pies mutiladas por una septicemia generalizada que casi le cuesta la vida.
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Todo el calvario empezó cuando 8 meses después de someterse a una banda gástrica, Shirley decidió someterse a una nueva cirugía para retirar la piel extra de sus brazos algo que no pudo mejorar con el ejercicio. Dice que una conocida, le recomendó visitar al cirujano plástico Juan Córdova García.
"Esta parte de acá (del brazo) estaba colgando, no podía alzar el brazo porque me daba vergüenza. En los dos brazos. Me quise hacer esta operación de quitarme la piel extra y tuve la entrevista con el doctor Juan Córdova", señaló Shirley.
"Me dijo el está en sala de operación pero espéralo 5 minutos porque va a salir de sala para conversar contigo. Salió el doctor y hay otro cuartito y me entrevista dentro. ¿A ver qué es lo que quieres hacerte? Le enseño. Sí, la piel esta colgando. Te tienen que hacer un corte, pero es una operación simple y también podemos hacerte una lipo en la espalda ", contó la víctima a Domingo al Día.
Shirley contó que en el mismo policlínico se realizó todos los estudios sobre el estado de su salud antes de realizarse la operación y todo quedo conforme a lo esperado. Después de reprogramar hasta dos veces su operación, la asistente del doctor Córdova le informó que la cirugía seria el 23 de marzo.
Una hora después de la operación y pese a estar casi inconsciente, Shirley, tuvo que retirarse del policlínico solo con ayuda de su esposo. "Yo estaba inconsciente, pero él estaba buscando a las enfermeras. No había nadie, se habían ido todas, ya no había ni una enfermera más que la señora de limpieza. La señora de limpieza dijo que ya tenía que cerrar y que me tenía que retirar y yo todavía no estaba consciente", contó.
Dos días despues, dolores insoportables la hicieron regresar al policlínico pero no encontró un medico que la atienda. "Estaban hinchados todos mis brazos, estaba drenando un líquido. Sale la señorita y dice: el doctor dice, acabo de hablar con el doctor y dice que tienes dos opciones o vas a una clínica o vas a un hospital", relató.
Tras ser llevada a una clínica por su esposo, quedó internada en UCI. "Me metieron a trauma shock. Salió que tenía una septicemia. Tenía que entrar en UCI. Estuve 15 días en coma. Cuando me levanté pensaba que había pasado un día. Las heridas de la operación que me habían hecho estaban abiertas", denunció Ruberto.
Tras lograr estar estable y creer que todo ya había pasado, el doctor que la estaba atendiendo le dijo que tenían que amputarle los dedos de una de sus manos y de ambos pies. Esto terminó con su carrera como manicurista y debido a la depresión que padece tiene que tomar 5 pastillas diarias.
Lo peor de todo fue que Juan Córdova reconoció que es médico general mas no cirujano plástico. Dijo que actualmente ya no es director médico del policlínico San Juan. Sin embargo, reconoció que aun es el propietario. Mientras tanto, Shirley espera que se haga justicia y que el médico que le arruinó la vida termine tras las rejas.
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