La historia de Petiso: el niño lustrabotas que murió electrocutado

¿Conocías su historia? A inicios de la década de los ochenta, un niño proveniente del interior del país, llegó a Lima para buscar trabajo. Al encontrarse sin hogar, pero con muchas ganas de generar sus propios ingresos, decidió ser uno de los muchos lustrabotas que se encontraban en la Plaza San Martín. Nadie pudo saber cuál era su nombre real, pero otros pequeños de la calle lo llamaron “Petiso”.

Exactamente, el 3 de septiembre de 1983, una noche completamente fría en la capital, el pequeño optó por poner a buen recaudo de la intensa llovizna y buscó refugio dentro de una de las cajas de los reflectores de la Plaza San Martín. En el pequeño espacio no había nada porque los ladrones se lo habían llevado, pero lamentablemente los cables quedaron expuestos y al tener contacto con él, terminaron por electrocutarlo, causándole la muerte.

Al día siguiente, sus amiguitos, acudieron muy temprano a buscarlo, pero grande fue su sorpresa al ver que ya había fallecido. En su desesperación le pidieron ayudar a un periodista que pasaba por ahí y él al no conocer su identidad lo llamó Petiso, sin embargo, su cuerpo nunca fue reclamado por ningún familiar. En cuanto al sepelio, los niños cargaron su ataúd hasta su última morada.

Ante este terrible hecho que conmocionó a toda la población del país, las autoridades decidieron dar más amparo a los niños y niñas que están en abandono, proyecto que inició el 31 de octubre de 1983, por parte de la esposa del alcalde de Lima en ese entonces, Eduardo Orrego. Carolina de Orrego, fundó 'La casa de los petisos', primer centro municipal de asistencia infantil.

Actualmente, la casa queda ubicada en la antigua calle de Aumente, cuadra cuatro del Jirón Conde de Superunda. Además, en 1984, el burgomaestre de turno, Alfonso Barrantes Lingan, inauguró un monumento en su honor, obra del escultor peruano Humberto Hoyos Guevara, que está en la plazuela de Santo Domingo frente a la Iglesia del mismo nombre.