Ellas han tenido el privilegio de atender y sacar adelante a incontables hijos postizos que llegaron a sus manos por tiempos cortos y en algunos casos por periodos prolongados. Nos referimos a las médicas y enfermeras del Instituto Nacional del Niño (INSN) de Breña, doblemente madres, que todos los días se entregan a los pequeños pacientes para que superen sus enfermedades y al final de cada caso reciben el mejor regalo: recuperados y una gran sonrisa.
“El amor que tenemos hacía nuestros hijos también lo volcamos a los hijos de otras madres que vienen a solicitar el apoyo profesional, emocional, hasta el consuelo cuando a veces la ciencia médica no lo puede dar. Es una maravillosa oportunidad de dar todo el amor, el cariño y afecto a todos los que nos necesitan”, manifestó Marga Callupe, médico asistente del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados, quien tiene 35 años al servicio de los pacientes pediátricos.
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A lo largo de su profesión ha atendido casos desde leves hasta complejos entre ellos niños con quemaduras de tercer grado en el 80% del cuerpo y hasta más. “Son tantos menores que han pasado por nosotros que la verdad algunos de ellos dejan huellas imborrables como aquellos que ingresan con mucho dolor y cuando se van de alta se acercan y nos dan un gran abrazo. Eso es una gran satisfacción: ver a un niño agradecido y con una gran sonrisa. Cada paciente se convierte en nuestro hijo”, dijo Callupe.
Para la licenciada en Enfermería, Luz María Chávez Romero, Jefa de Enfermería del Servicio de Cirugía General, ve en cada paciente como si fueran sus hijos. “Yo siempre he visto a los pacientes como a mis hijos. He tratado de darles la mejor atención pensando que alguno de ellos podría ser mi hijo y eso me ha ayuda a tener un poco más de fortaleza para seguir adelante”, sostuvo.
“No se trabaja por trabajar. Se trabaja con esmero, con cariño, porque esta labor, el ser enfermera es una profesión de servicio a los demás que aunque nosotros no conocemos a las personas sin embargo queremos con todo nuestro corazón que mejoren y vayan a sus casas para la alegría de sus familias”, recalcó la licenciada.
Por otro lado, Valeria Ingunza Orbeso, técnico en Enfermería, tiene 3 hijos y 4 nietos. Labora 38 años en el INSN Breña y ha atendido y cuidado a cientos de niños en el Servicio de Emergencia. “Me siento madre doblemente. A mis niños no los puedo dejar: mi trabajo y mis pacientes son lo primero para mi. Ver sonreir a los pequeños pacientes después de muchas dolencias, muchas batallas, junto con sus mamás, es gratificante, es el mejor regalo”.
Nazaria Huillca Paño, Técnico en Enfermería, con 41 años de servicio y a unas semanas de jubilarse, ha atendido a numerosos niños y a todos se entregó con la misma dedicación. “He pasado por todos los servicios: quemados, traumatología unidad de cuidados intensivos (UCI), medicina, cirugía de tórax, cabeza y cuello. Rezo por cada niño con mucha devoción para que salga adelante de cuadros muy críticos", finalizó.
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