Una situación muy crítica atraviesan los comerciantes y pescadores del muelle de Ancón desde hace 15 días, cuando ocurrió el crimen medioambiental ocasionado por la empresa Repsol. Los vendedores de este balneario aseguran que sus ganancias son mínimas tras estar rematando a precios de regalo los pescados que cazan.
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Ellos aseguran que un sábado anterior al desastre los cubículos estaban llenos de pescados y que ganaban cuatro o cinco veces de lo que logran obtener ahora. Según las imágenes transmitidas por La República, el muelle se encuentra casi vacío de vendedores y los compradores no se acercan por temor a que se les venda pescados contaminados.
Antes del derramamiento de casi 12 mil barriles de petróleo en el mar peruano, el perico, el atún, el bonito, costaban desde 4 soles para arriba el kilo -dicen los comerciantes-, pero ahora lo tienen que vender a un sol. Solicitan el apoyo del Gobierno de Pedro Castillo para sortear esta grave situación.
"Cada pescado perico lo estoy rematando a 25 soles. Antes (del desastre) por fiestas estaba 50 o 40 soles, pero ahora 25 o 20 soles. Ya no consume la gente por este problema del derramamiento de petróleo del mar", aseguró una vendedora del muelle.
"Vienen y sienten dudas si el pescado está contaminado y ya no quieren venir. Y eso afecta la economía de todos los pescadores artesanales de Ancón. La gente está psicoseada a pesar de que le decimos que el pescado es de altamar", agrega otra comerciante.
Aseguran que ganaban entre 200 a 300 soles en sus ventas de pescado un sábado cualquiera, pero ahora no llegan ni a los 60 o 50 soles.
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