Debido a una posible tercera ola del COVID-19 en el Perú, los menores que presentan obesidad conformarían uno de los grupos más afectados, por lo que los padres de familia deben actuar a tiempo reforzando las medidas de prevención e inculcando mejores hábitos de alimentación en el entorno familiar para cuidar a sus hijos.
Por ello, el médico intensivista y coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) pediátrica del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja, Franklin Mendoza Torres, indicó que en la segunda ola de la COVID-19, el 100% de los pacientes de 12 a 17 años con obesidad y que se contagiaron con el virus requirieron ventilación mecánica invasiva y terapia intensiva de alto nivel, quedando afectados por daños pulmonares de 50, 70 y 90%.
Además, precisó que el 80% de este grupo de pacientes pesaba entre 100 y 130 kilos por malos hábitos alimenticios. Asimismo, algunos registraron diabetes por primera vez. "Se trata de adolescentes que están ingiriendo desesperadamente golosinas, alimentos altos en azúcar, grasas y sal, son sedentarios y no hacen actividad física; ha habido un avance agresivo de la enfermedad en ellos", señaló.
En ese sentido, estos pacientes estuvieron alrededor de tres semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos del instituto. Una vez superada la enfermedad, atraviesan un proceso de rehabilitación que puede durar meses con secuelas respiratorias. “En la población adolescente la obesidad debe ser considerada como el factor de riesgo más importante", manifestó Mendoza Torres.
De acuerdo con Mendoza, desde que inició la pandemia, el INSN San Borja ha atendido 320 casos de pacientes pediátricos con diagnóstico positivo por COVID-19, de los cuales 140 se han registrado en lo que va del 2021.
Es por ello que ante la posible llegada de una tercera ola pandémica, la unidad de cuidados intensivos de INSN San Borja se está preparando con la implementación de 12 nuevas camas y un equipo de profesionales altamente capacitado.
Síntomas de la COVID-19 en menores
Si bien las infecciones respiratorias son muy frecuentes y sus síntomas iniciales son similares a los de la COVID-19, se recomienda a los padres mantenerse atentos a los malestares respiratorios y gastrointestinales, tales como diarrea, náuseas, vómito y malestar general, que han sido predominantes en los pacientes pediátricos.
"Si el niño empieza a tener una forma de respiración agitada o dificultad respiratoria por más de dos o tres días inmediatamente tenemos que llevarlo al centro de salud o al hospital más cercano, enfatizó el doctor Mendoza Torres.
Finalmente, el especialista invocó a los padres a realizar actividad física en familia y que sigan inculcando a los niños a respetar las medidas de prevención frente a la COVID-19: el correcto uso de doble mascarilla, mantener el distanciamiento físico y el constante lavado de manos a fin de controlar la propagación de las diferentes variantes del coronavirus.
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