En diálogo con RPP, el embajador de Perú en Japón, Harold Forsyth, señaló que el Gobierno de Francisco Sagasti no puede solicitar una auditoría internacional sobre los resultados de la segunda vuelta de las Elecciones 2021 ante la Organización de Estados Americanos (OEA), debido a que está obligado a mantener la "parcialidad absoluta" mientras dura el proceso electoral.
Esto, en referencia a la solicitud presentada por la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien se aproximó hasta la mesa de partes de Palacio de Gobierno para enviarle una carta al mandatario pidiéndole su intervención en dicho recurso.
Asimismo, Forsyth sostuvo que “es normal que en las segundas vueltas hayan resultados ajustados” y recordó el resultado en los comicios del 2016 donde Fujimori Higuchi fue derrotada por Pedro Pablo Kuczynski por un marcador ajustado.
“Hace 5 años también hubo un resultado muy ajustado cuando Kuczynski ganó las elecciones, en esta oportunidad está trayendo consecuencias y está dejando heridas”, aseveró el embajador.
Por otro lado, aclaró que la auditoría solo se podría llevar a cabo si es que la Misión de Observadores hubiesen reportado indicios de irregularidades en el balotaje; sin embargo, este no fue el caso.
“La auditoría electoral, que podría hacer una organización como la OEA, únicamente puede ser solicitada por la autoridad electoral, cuando la autoridad electoral comprueba que el proceso acusa falencias o al mismo tiempo cuando la misión electoral de observación determina”, expresó.
“No hay manera que el Gobierno pida una auditoría, mucho menos uno de los participantes. [...] Sino cualquier Gobierno podría pedir porque simplemente no le gustó un ganador. El Gobierno está obligado a tener una imparcialidad absoluta. La que determina eso es la autoridad electoral. No hay forma de que eso se dé”, puntualizó.
En otro momento, Harold Forsyth se expresó sobre los argumentos presentados por Fuerza Popular para solicitar la intervención internacional, donde toman como ejemplo lo ocurrido en las elecciones de Bolivia. Sobre ella, resaltó que la situación era totalmente distinta.
“El símil que se plantea con Bolivia no tiene razón de ser. La diferencia es que en Bolivia un presidente de la República, que era Evo Morales, era candidato a la presidencia, y al producirse un apagón informático luego de las elecciones, la misión de observación de la OEA empezó a sospechar que había un intento de fraude. Eso generó que la opción concreta por parte de la OEA, porque la propia misión lo planteó”, mencionó.
“Ninguna parte interesada puede solicitar eso. Mucho menos un Gobierno, porque de lo contrario sería desnaturalizar la independencia absoluta y neutral de los actores electorales. Eso es lo que no se ha procesado bien en el Perú, no se ha comprendido, que los candidatos no pueden plantear ese tipo de quejas porque existe una precisión específica. Es por eso que no se va a dar”, sentenció.
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