Su edad le jugaba en contra; sin embargo, sus ganas de vivir pudieron más. Sorina Vigo, con 64 años, fue internada en el Hospital Tomás Lafora, en el distrito de Guadalupe, en La Libertad, tras dar positivo al coronavirus. Allí, permaneció 12 días.
Según el relato de la mujer, todos los días era una nueva lucha, no obstante, nada le parecía imposible. Tras recibir medicamento, los doctores le dijeron que había vencido al temido COVID-19. La noticia fue celebrada por partida doble, ya que el día que abandonó el nosocomio fue el mismo de su cumpleaños.
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“Cuando una persona moría (en el hospital) lo único que hacía era rezar, pedirle a Dios por ellos (…) No tenía miedo, y decía: de esta cama me tengo que levantar porque mucho quiero a mi familia, tengo hijos, cinco nietos. Tengo que levantarme porque todavía tengo para rato. Mis hijos son jóvenes y así superé todo”, resaltó.
A su salida, la paciente contó que se dedica vender mazamorra y arroz con leche en las calles de San José. Al principio, detalla, se sentía un poco triste, ya que sus ingresos bajaron considerablemente por la pandemia. Ante esto, y lejos de ponerse triste, contó que regresa con más fuerzas.
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“Extraño bastante vender mi mazamorra y arroz con leche, dejé de vender cuando empezó lo de la pandemia, me sentía triste, no caía dinero, pero poco a poco lo fui superando. Quisiera trabajar porque mi casita ha comenzado a caerse”, señala con voz entrecortada.