Nicolás Maduro tiene varias caras. Cuando el dictador de Venezuela está frente a una cámara fotográfica ensaya varias poses. Hace gestos de dictador. Otras veces de gay pero casi siempre parece un bufón.
Por primera vez, el fotógrafo venezolano José Carlos Gómez revela cómo fueron los rostros que captó de Maduro cuando le hizo sesiones durante la campaña electoral del 2013.
"Durante la sesión, (Maduro) fue distendido, pero no había una línea que me hubieran marcado a mí, ni nadie que lo dirigiera a él. Fue tal como es él. Que es como es o como yo lo veo. Las poses fueron tal y como es él. Poses improvisadas. Burlescas. Decía: ahora me pongo como Pinochet, ahora como candidato, ahora como gay... Un disparate. Y a medida que él bromeaba y hacía poses, la cohorte que tiene siempre a su disposición se reía. Los mismos que le ríen y aplauden todo, se reían de las gracias del señor”, contó José Carlos en el improvisado taller de fotografía en Barcelona, España.
“Yo no era un seguidor furibundo del gobierno. Era solo un técnico que cubría lo que tenía que cubrir”, subraya como colofón al relato sobre una gira internacional que hizo siguiendo a Chávez por países como Siria, Ucrania, Rusia, Bielorrusia y Libia.
Las fotos de aquella sesión de Maduro para la campaña electoral de 2013 son un catálogo de poses que demuestra una capacidad poliédrica. En ellas se muestra desinhibido.
Adopta desde semblantes afeminados a otros de marcado gesto autoritario, pero bufón. Es fácil que a muchos, al verlas por primera vez, estas imágenes les provoquen sensaciones de patetismo. Los ciudadanos de Venezuela no están para bromas. Su país vive una aguda crisis económica e institucional.
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