Eduardo Guerrero
@ReporteGF
La herida sigue allí. A 15 años del terrible incendio que devastó el emporio comercial de Mesa Redonda, aún 181 familias se mantienen con el corazón sobresaltado y anidan en la pofundidad de sus corazones volver a ver a su seres queridos, que fueron declarados oficialmente como desaparecidos.
La lógica dice que los cuerpos de estas personas jamás serán encontrados y engruesan la lista de los 463 fallecidos en este infierno.
Sin embargo pese al dolor, en un recorrido por el actual Mesa Redonda, les contamos el testimonio de sobrevivientes al incendio que también perdieron en algunos casos a todos sus familiares.
Eran las 6y 50 p.m de ese fatídico sábado 29 de diciembre del 2001, cuando Máximo Eduardo Fernández Páucar (45) ajetreado esperaba rematar sus piñatas y ropa interior amarilla para despedir el el año.
Su madre Luz Angelica Paucar Ferreira había ido a visitarlo a su puesto del jirón Cusco para cenar junto a sus otras hijas Ana (40), Milagros (38) y Rosa (36). Eduardo trabajaba en el punto con su hermana menor Carmen de 17 años y su otra hermana sobreviviente Lucía de 43 años. La abuela de Eduardo, Celedonia de 75 años también estaba enel lugar.
LEA ESTO: mujer amarró a su sobrina a un poste en San Martín de Porres (VIDEO)
“ El fuego que alcanzó mil 100 grados, se propagó rápido, saqué a mi mamá de la tienda pero ella se cayó, la gente me empujó y todo empezó a arder, vi a mi madre y hermanas envolverse en llamas, los carros y los generadores de luz explotaban y la gente estaba pegada en el piso, salté por los techos de los carros y entre las detonaciones logré salvarme. Mis hermanas se habían dispersado pero no lograrn salvarse. El pequeño Juan de 10 años hijo de Ana también pereció.
Desde que su esposa Ruth Cotera Soto (40) falleciera en el incendio los dias jamás han sido iguales para su viudo Ruben Pajua Huaccachi (53). El actual presidente de la Asociaicón de Deudos, quemados y huerfanos de la Tragedia de Mesa Redonda dijo que reconoció los restos de su esposa dos años después de la tragedia gracias al ADN.
"Mi esposa vendía ropa, ese día le dije que no viniera a trabajar porque era la fiesta de promoción de primaria de mi hija, pero ella insistió porque nos hacía falta el dinero", dice Pajua.
Ruben Pajua representa a 250 comerciantes danmificados del incendio que actualmente ocupan un terreno en los jirones Andahuaylas y Miroquesada desde el año 2004, cuando se creo una comisión multisectorial para dar solución al drama de los danmificados.
“ La Superintendencia Nacional de Bienes Estatales nos quiere desalojar de estos terrenos, desconociendo a la comisión multisectorial que se creo, hay grupos de poder detrás de esto, no hay justicia”, asegura Pajua.
El estibador Martín Cossío recuerda: “ Las llamas casi me alcanzan pero pude rescatar a varias personas con la carne que les colgaba , un mes después del incendio se sentía aún el olor a quemado de los cuerpos”. Perdí a muchos amigos, ahora cuando se acerca el día de la tragedia, hasta creo verlos en las sombras”, refiere Cossío con la mirada puesta en una galería donde murieron madres abrazadas a sus hijos.
Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.