¡ Qué agua tomamos ? En 10 veces se incrementó en los últimos años la presencia de componentes contaminantes en las aguas del río Rímac debido al arrojo de cargas residuales sin ningún tratamiento previo, advirtió Sedapal.
Y es que la materia orgánica encontrada en las aguas del río hablador está por encima de los valores ambientales permitidos y eso es grave, explicó a Andina la gerente de Producción y Distribución Primaria de Sedapal, Yolanda Andía Cárdenas.
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La representante de la empresa de agua y saneamiento explicó que los hogares, las industrias y mineras ubicadas a lo largo del cauce eliminan sus cargas residuales sin ningún tratamiento y son las responsables de esta contaminación.
“En los 40 puntos que evaluamos hemos encontrado materia orgánica de tipo industrial, biológico y químico. Son componentes no usuales del agua. Son residuos de industrias alimentarias, por ejemplo, pero también de basura y hasta animales”.
Cada uno de los 40 puntos se elige de manera aleatoria y se ubica entre la represa de Antacoto (a más de 4,500 metros sobre el nivel del mar) y la Bocatoma N° 2 de Sedapal (El Agustino), donde se tratan las aguas del río Rímac para su consumo humano.
Entre ambos puntos hay 150 kilómetros de distancia. Allí se asientan no solo compañías mineras, centros poblados sino industrias de alimentos, gaseosas y curtiembres que operan, sobre todo, en Santa María de Huachipa (quebrada de Huaycoloro).
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