Junín: hallan ranas gigantes de más de medio metro
Anfibios que eran considerados en extinción fueron encontrados en Junín gracias a expeción cientifica
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El asombroso hallazgo se produjo en el Santuario de Chacamarca
A 4105 msnm y 3 grados bajo cero, fueron hallados renacuajos de la conocida “rana gigante de Junín”, que llegan a medir hasta 60 centímetros de largo, que había sido considerada una especie en extinción por la caza indiscriminada y la contaminación en la zona.
El asombroso hallazgo se produjo en el Santuario de Chacamarca, en el departamento de Junín, gracias al Primer Bioblitz realizado en Sudamérica, una expedición de investigación para inventariar y evaluar la biodiversidad de la zona.
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Esta expedición se pudo realizar gracias al convenio entre la Universidad Continental, el Cuerpo de Paz Norteamericano, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), y la comunidad San Francisco de Chichausiri. Se trata de una expedición similar a la que en los Estados Unidos realiza Nat Geo.
RIQUEZA NATURAL
En esta expedición fueron inventariados desde microscópicos mosquitos, moscas, abejas, sancudos, hasta mariposas, truchas de arcoíris, ratones montaraces, lagartijas, ichus y sobre todo los renacuajos de la rana gigante de Junín.
La expedición estuvo integrada por diversos especialistas de la biología y estudiantes de ingeniería ambiental quienes voluntariamente se dedicaron a la búsqueda cuidadosa de especies que se habían dado por desaparecidas.
“Aparentemente una mosca puede parecer molestosa, pero su función para el equilibrio del ecosistema es vital, ellas se comportan como controladoras naturales, que a través de la eclosión de sus huevos y su reproducción impiden la reproducción de ciertas plagas; asimismo, son bioindicadores de un ambiente sano”, señala Elizabeth Oré, coordinadora de la carrera de Ing. Ambiental de la Universidad Continental.
PRIMER BIOBLITZ
El primer Bioblitz también fue una oportunidad para revalorar la identidad cultural y darla a conocer a los voluntarios norteamericanos dedicados a la investigación en la zona, con rituales como la “pachamanca” y el “pagapu” se agradeció su participación y comprometieron la réplica de ésta jornada en las demás áreas protegidas del Perú.
La jornada culminó, no sin antes reconocer y alertar sobre los factores de contaminación y depredación que ponen en peligro la biodiversidad, más aún en el contexto de cambio climático que afecta principalmente a las zonas altoandinas.
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