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Sexualidad: El tiempo de espera lleva a la indecisión y al fracaso

¿Qué pasa en la mente de los hombres cuando piden tomarse un tiempo en la relación?

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El tiempo de espera suele ser fatal

El enamoramiento entre Carloncho y Rosángela Espinoza remeció a la farándula local y a los defensores de la lealtad amorosa, pues luego de que el locutor develara su nueva relación, la exnovia salió al frente a decir que estaban en la etapa de “necesito un tiempo” dentro de un noviazgo de siete años y aún no habían decidido qué hacer con su amor. 

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Las lágrimas de Jacquelyn Llerena –quien se enteró por televisión que su ex novio ya tenía una nueva relación– y las dudas del por qué no tuvo el valor de aceptar frente a ella que ya tenía “la cabeza caliente”, nos hace reflexionar en las situaciones similares que se repiten día a día en las relaciones comunes. 

Resulta decepcionante para una mujer –quien está suspendida en el limbo emocional esperando que el confundido hombre vuelva al nido– enterarse de que este ya está enamorado de otra. Sí… en menos de un dos por tres ya tiene nuevo amor. 

Las mujeres solemos ser crédulas y confiadas cuando estamos enamoradas, si él nos dice que necesita un tiempo fuera de la relación para aclarar sus dudas, nosotras creemos fielmente en sus palabras.  

De acuerdo con la lógica femenina no habría razón para mentir, pues si alguien quiere terminar una relación no tendría que postergar la angustia del fin por más tiempo. Pero qué sucede con esos caballeros indecisos y confusos emocionalmente que piden un “chepi-bola” para poner pausa en una relación mientras se distraen en brazos de otra mujer (quien posiblemente ignora la existencia de la relación pendiente, suspendida y no finalizada).

Pese a que nosotras gastamos energía en especular por las supuestas razones del porqué nunca nos dijeron la verdad y seguimos albergando una mínima esperanza que el “tiempo fuera” – tarde o temprano– los traerá de regreso. 

El tiempo para pensar suele ser necesario para ordenar el desorden emocional que puede ser ocasionado porque no sabe cómo terminar la relación, no quiere dañarte con sus dudas o realmente lo necesita. Pedir un tiempo implica un compromiso con el otro, quien está esperando una explicación.    

Las razones de esa necesidad tan masculina de posponer el final son muy diferentes a lo que nosotras pensamos. La mayoría de hombres no soporta la idea de ser “el chico malo” y menos aún resisten ver llorar a una mujer. Prefieren irse de puntitas y esperar que el tiempo determine el destino de la relación inconclusa. Más aún si el amor ha sido de larga data y existe respeto; además no soportan terminar mal y cerrar definitivamente la puerta, pues prefieren dejar una pequeña esperanza por si acaso el “plan B” no funciona.    

La célebre frase “tiempo” para pensar, meditar y decidir sobre los sentimientos suele ser un final en lista de espera de la ejecución. Dudar es vacilar entre dos opciones contradictorias, es no estar seguro.  

Y recuerden, queridas lectoras, que en la indecisión está el fracaso.  

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