
Rosario EspinozaFotos: Marco CotrinaTiene la barba del “Loco” Vargas, la fuerza de Paolo Guerrero y domina la pelota como los dioses. Así es Mario Valencia, el “Cristo Cholo”, quien hoy recreará el bautizo en el río Rímac pero antes mostró a El Popular su otra pasión, el fútbol.Mario, desde muy niño, quiso ser futbolista profesional y vestir la blanquirroja. Su predilección por este deporte hizo que desde los 16 años pise una cancha de fútbol, donde se esforzó por pegarle a la pelotita con sutileza.
LEA MÁS: Cristo Cholo se bautizó en el río Rímac (VIDEO)“Tuve la posibilidad de jugar en las divisiones menores de Alianza Lima y Universitario. Por 22 años fui delantero en campeonatos de la FAP, hasta que un día un comandante me dijo que no podía seguir jugando con este look. Me pidieron cortarme el cabello y afeitarme, pero dije no”.La razón era simple. Para entonces ya encarnaba al Mesías en el Vía Crucis del Cerro San Cristóbal.GOLES DE CHALACA–¿A quién admiras o admirabas de la selección?—A los antiguos, como Juan Carlos Oblitas. Hice varios goles como él, de chalaca. Le di logros a la FAP y por eso me querían mucho, fue una pena no poder seguir”, relata mientras domina el balón frente al Estadio Nacional, donde soñó alguna vez llenar de fe a la afición con goles.CON LOS GRANDES—¿Llegaste a jugar con futbolistas profesionales?—Claro, tuve la oportunidad de jugar con Rodolfo Manso, “La Bruja” Bonelli, “Titín” Drago, nunca olvidaré esos momentos.—Ahora eres entrenador.—Mi pasión sigue, estudié cuatro años en el Instituto de Investigación y Desarrollo Deportivo (IDDE).CON LOS MENORES—¿Cuál es tu meta?—Quiero una entrevista con el presidente de la FPF, Edwin Oviedo, para que me dé una oportunidad. Tengo un proyecto de cómo llegar a las bases para resurgir y salvar el fútbol en el Perú.—¿Cómo lo lograrías?—Deben volver los interescolares porque ahí nacen los nuevos valores. Debe ser a nivel nacional, allí están los mejores futbolistas.—¿Qué te parecen nuestros jugadores actuales?—Ahora solo piensan en su beneficio. Solo hay chispazos de buenos jugadores que cambian en cada partido. Se tiene que formar a los niños.Así se acaba la charla. Mario se anima a dar unas pataditas junto al muñeco de la selección. “Reinarás conmigo en la cancha”, le bromea. Así sea.
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