Nuevas pistas sobre el asesinato del empresario Hugo Daniel Quintana Bardelli (46) apuntarían a que este se desempeñaba como agente doble del narcotráfico y que habría sido ejecutado por delatar a una mafia rival en el envío de droga al extranjero.
Según un informe de la revista Caretas, Quintana pudo estar detrás de la captura de Jorge Cerbellón Aparicio (48) el pasado 27 de febrero en su lujosa mansión de La Molina, donde agentes antidrogas hallaron más de 600 kilos de clorhidrato de cocaína.
“Algunos investigadores piensan que Quintana reúne las características del narco soplón. Aquel que trafica y, a la vez, informa reservadamente a la policía sobre el mundillo de la mafia local. Un agente doble del narcotráfico”, señala el reportaje.
FUERTE RIVALIDAD
De esta hipótesis se desprende que entre Quintana y Cerbellón existía una fuerte rivalidad, que iba desde el control de la droga que salía del país hasta la afición que ambos compartían por los autos.
Como es público, Quintana era gerente de la empresa importadora de autos de lujo Amazing Cars EIRL, mientras Cerbellón usaba de fachada el negocio de lavado de autos Maximos Carwash.
CARTA DESDE MIAMI
Caretas también muestra fragmentos de una carta enviada desde Estados Unidos por Sandro Puelles Dentone, sindicado como presunto autor intelectual del asesinato de Quintana Bardelli.
“Conozco a Hugo Quintana de mi barrio de Lince. Era cliente de la panadería de mis padres. Ignoro por qué hace 18 años él dio mi nombre y me relacionó con el tráfico de drogas”, afirma Puelles, quien registra una orden de extradición por narcotráfico.
PADRE SE PUSO MAL
Los padres del asesinado empresario Hugo Quintana Bardelli (46) y su viuda acudieron ayer a la Dirincri para rendir su manifestación respecto el caso.
Lo hizo también Francisco Fernández Dávila López, el boxeador que declaró en la víspera.
Fue Hugo Quintana, padre del empresario, el primero en declarar. Sin embargo, sufrió una descompensación y fue llevado a una clínica. Lo hizo luego su madre.
Estos llevaron los cargadores de los teléfonos incautados al occiso para saber con quiénes habló antes de su asesinato.
Luego, Laura Cambriani fue interrogada por los detectives que le preguntaron si sabía de las actividades ilícitas de su cónyuge, si recibía amenazas, tenía deudas o propiedades a nombre de testaferros.
Por su parte, el boxeador regresó porque, según indicó, el pasado martes no terminó de rendir su testimonial.
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