
Londres. La prensa de Reino Unido alabó a Ingrid Loyau-Kennett, quien el último miércoles se convirtió en una heroína al enfrentarse e intentar tranquilizar a uno de los presuntos responsables del degollamiento de un soldado británico.Loyau-Kennett, de 48 años, madre de dos hijos y líder de los boy scouts viajaba en un autobús. Se percató del soldado ensangrentado tirado en la carretera y pensó que sufrió un accidente.
“Me acerqué al chico y cuando llegué al cuerpo había una mujer sosteniéndolo. Uno de los atacantes, el que estaba más nervioso, me dijo que no me acercara”, relató al canal ITV.
“Vi un cuchillo de carnicero y un hacha... y sangre. Pensé, ¿qué demonios?, creí que estaba un poco nervioso y que solo había que hablar con él”, añadió.
Explica que trató de hablar con el atacante para distraer su atención, ante lo cual el hombre se alejó.
Deja un pequeño
En tanto, el militar asesinado por los dos presuntos islamistas radicales fue identificado como Lee Rigby (25), natural de Manchester.
Tenía un hijo de dos años, era hincha del Manchester United y servía en el Segundo Batallón del Regimiento Real de Carabineros. Incluso había sido destacado a misiones en Afganistán.
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