"Caracol" es una joyita pero también puede hacernos reír en medio de su cinismo y el horror. El hombre más peligroso del hampa soltó frases insólitas durante su traslado al gélido penal de Challapalca, a más de 4 mil metros de altura en la frontera entre Tacna y Puno.
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Ante las cámaras de "Panorama", Gerson Gálvez Calle, alías "Caracol", pretende hacerse pasar como angelito a pesar de las acusaciones de extorsión, sicariato, tráfico ilítico de drogas, crimen organizado y tenencia ilegal de armas que tiene en su contra. "CometÍ algo que nunca debÍ hacer. Cometí un delito y lo pagué pero eso no me hace delincuente", le responde a la reportera.
El líder de la banda criminal "Barrio King" no dudó en autocalificarse como "caballero" al asegurar que jamás tuvo una sanción disciplinaria en su encierro en el penal de Sarita Colonia y luego en la Base Naval.
El hombre que aplicó la extorsión en el Callao dice que las autoridades lo usaron como un psicosocial y niega tener contactos con jueces y fiscales.
El peligroso Caracol insiste en que declare ante el polígrafo para que se compruebe la veracidad de sus declaraciones. No quiso revelar qué político está con la mujer que habría sido su pareja.
Mientras ingresaba a su nueva celda en el penal de Challapalca, Caracol no perdió la oportunidad de saludar la labor del ministro del Interior, Carlos Basombrío. "Con el tema de los celulares, el ministro Basombrío está aplicando la técnica perfecta para acabar con la delincuencia", dijo.
El sujeto que derramó sangre en el Callao revela también que está escribiendo un libro de su azarosa vida. Mientras tanto, Caracol lee algunos libros, entre ellos "Operación Chavín de Huantar" de Vladimiro Montesinos, las Memorias de Napoleón Bonaparte y "Desgracia" del Premio Nobel de Literatura, J. M. Coetzee.
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