Puno: Niña pierde habla y familia denuncia que sería por consumo de agua contaminada

Madre de la menor y dirigentes piden intervención de autoridades de salud. La niña nació sana y poco a poco dejó de hablar

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La pequeña Yenifer ha sufrido un cambio radical en su personalidad y ya no habla.
La pequeña Yenifer ha sufrido un cambio radical en su personalidad y ya no habla.Fuente: El Popular - Crédito: Liubomir Fernández / LR

Yenifer tiene siete años y es natural de la comunidad de Carata, en el distrito de Coata, provincia de Puno. Sus primeros años vivió como toda una niña de edad. Reía, corría, y hasta ayudaba a sus padres en el pastado de animales. Sin embargo, hoy padece de un cuadro aparente de retardo cognitivo y pérdida del habla. Y, de ser alegre, hoy perdió todas las ganas de socializar. Apenas ve un extraño huye.

Para Neli Quispe, madre de la menor, su hija perdió su habilidad de hablar por el consumo de agua contaminada con metales pesados. Esta madre, al igual que todos sus paisanos, extraen agua de pozos para preparar sus alimentos.

Agua que consumen está contaminada con varios metales

Durante el 2020 y 2022, la Dirección Regional de Salud de Puno, realizó monitoreos sobre la calidad de agua que consumían los comuneros. Se determinó que el líquido que extraen del subsuelo estaba contaminado con arsénico, mercurio, plomo, cadmio, boro, plata, cobre y otros metales pesados. Se estableció además que ocho de cada diez niños tenían metales pesados en su cuerpo.

La contaminación se debe al vertimiento de aguas servidas de la ciudad de Juliaca al río Coata, sin ningún tipo de tratamiento. El problema data de hace más de 20 años. A diario se vierten 250 litros por segundo de aguas de desagüe Los niveles de contaminación impactaron hasta los bolsones de agua del subsuelo los cuales a través de pozos con ayuda de baldes. Los campesinos están condenados a consumir esa agua.

Dirigentes piden ayuda pues no sería el único caso

Yenifer ya no habla y perdió todas las ganas de desarrollarse. Sólo se le pueden acercar sus parientes más directos. De todos los demás huye. “Está sentada y cuando vienen extraños se escapan. No habla. Solo llora. No quiere comer. Y, a veces cuando come, come en exceso”, contó su progenitora. Feliz Suasaca, dirigente de la cuenca del Coata, consideró que para él lo vive la menor es el efecto de la contaminación.

No solo es este caso. Hay varios niños con diversos males y nadie hace nada por ello. Pido que las autoridades de salud intervengan cuanto antes. Exijo estudios especializados”, dijo

SOBRE EL AUTOR:

Periodista graduado en Periodismo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Redactor en El Popular. Interesado en temas relacionados con música, historia, cultura, turismo, películas y series.

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