Lina Medina, la niña peruana que impactó al mundo por ser madre a los 5 años y que nunca halló justicia

La última vez que fue vista tenía 84 años y aún llevaba sobre su espalda el peso de haber sido la mamá más joven del mundo. Quizá su nombre solo suene por estas fechas, en conmemoración al Día de la Madre. Sin embargo, la historia de Lina Medina Vásquez tiene algo más que decir, más que contar, y no solo quedar silenciada en un registro de 'récord Guinness'.

Natural de Castrovirreyna, una de las provincias más pobres de Huancavelica, Lina, nacida en el año 1933, creció dentro de una humilde familia junto a sus padres y sus ocho hermanos. Llevaba una vida completamente normal hasta que a la edad de cinco años hubo un cambio drástico en su cuerpo que fue muy fácil de notar.

PUEDES VER: "Se lo prometí": logró traer a su madre desde Venezuela tras 2 años y ahora emprenden un negocio juntas

Atemorizados -y al ser fieles creyentes de la mitología andina-, los progenitores de la pequeña creyeron que podría tratar de una maldición de los Apus (espíritu de los Andes) y que llevaba una serpiente en su interior. Por ese motivo, la llevaron a los chamanes de la zona para que le hagan una "limpia". No obstante, nada de eso sirvió.

Ante ello, les pasó por la cabeza de que tal vez podía tener un tumor, por lo que decidieron trasladarla al centro de salud más cercano. En aquel entonces, el más próximo era el de Pisco, en Ica. Al llegar, el doctor que la atendió la sometió a una serie de análisis y determinó lo impensado: estaba embarazada y tenía siete meses de gestación.

Además, se descubrió también que la pequeña tuvo su primera menstruación a los dos años y 8 meses de edad. Algo de lo que jamás se tuvo registro, al menos en el Perú.

PUEDES VER: La historia de Mercedes, quien inició con un pequeño taller en su casa y ahora es líder en licores andinos

Tras conocer la noticia, Lina fue llevada de inmediato a la Maternindad de Lima, donde pudo recibir todos los cuidados respectivos para que de a luz a su hijo mediante una cesárea. Este pesó 2.7 kilos, medía 48 centímetros y fue bautizado como Gerardo, en honor al doctor que los ayudó en un principio.

El hecho generó una conmoción tan grande, que traspasó la frontera y tuvo diversas reacciones de personas que se habían interesado en el caso. Tanto fue así que los padres de Lina Medina recibieron una oferta de un empresario estadounidense para que la niña y su hijo sean exhibidas como una atracción en la Feria Mundial de Nueva York. Pero la rechazaron.

Sin embargo, más adelante le llegó la propuesta de otro hombre de negocios que les ofreció viajar a Estados Unidos para someter a la pequeña madre a unos estudios con científicos especializados. Les iban a pagar USD 5,000 e incluyeron un fondo monetario que garantizaba una mejor calidad de vida por el resto de su vida.

PUEDES VER: “Soy padre y madre”: el sacrificio de Valy, peruana que vende más de 100 polladas al día por sus hijos

En aquella oportunidad, la última propuesta ya había sido aceptada por los padres de la infante, pero el gobierno de Óscar R. Benavides intervino asegurando que ambos estaban expuestos a un 'peligro moral' si se concretaba la propuesta. Asimismo, crearon una comisión especial para protegerla y se comprometieron a darle una pensión de por vida. No obstante, fue una promesa que cayó en saco roto.

Con el tiempo, el pequeño Gerardo llegó a la edad de 10 años y fue en ese entonces que sus abuelos decidieron darle la difícil noticia de que ellos no eran sus padres sino Lina, a quien creció viendo como una hermana. Ella ya tenía 15.

¿Quién fue el padre?

Al principio, las autoridades tomaron el tema como un posible caso de abuso sexual. Primero interrogaron con dureza a Tiburcio Medina, padre de Lina Mercedes, quien fue apresado y sometido a diversos interrogatorios para que confesara; sin embargo, nunca hallaron indicios de que este hubiese cometido el delito.

PUEDES VER: Día de la Madre 2023: ¿Si eres mamá y trabajas el 14 de mayo te pagarán doble?

Luego, todas las sindicaciones recayeron sobre uno de los hermanos mayores de la víctima, pero tampoco hubo pruebas y también quedó libre. A pesar de los años, nunca se supo quién fue el padre de Gerardo, quien perdió la vida a los 39 años a raíz de una extraña enfermedad a la médula ósea.