Música en negocios: el error silencioso que puede costar multas, cierres y demandas en Perú

Poner música en un restaurante, tienda o bar parece una decisión inofensiva. Sin embargo, en Perú, musicalizar un local sin los permisos correctos puede convertirse en un problema legal serio. Multas, clausuras temporales e incluso demandas civiles son algunos de los riesgos que muchos empresarios desconocen hasta que ya es demasiado tarde.

Según Alejandro Lavalle, especialista en gestión musical y fundador de Aquí Suena Perú, uno de los errores más comunes es asumir que plataformas populares como Spotify o YouTube pueden usarse libremente en espacios comerciales. La realidad es muy distinta.

Multas, cierres y denuncias: los riesgos reales de usar música sin licencia

Cuando un negocio reproduce música sin contar con los permisos adecuados, se expone a sanciones por distintas vías. Entre ellas están las multas impuestas por Indecopi, el cierre temporal por parte de municipalidades y las denuncias de sociedades de gestión colectiva como Apdayc, Unimpro y Soniem.

Además, existe el riesgo de enfrentar acciones legales por uso indebido de obras protegidas. Tal como se advierte desde el sector: “Recibir una demanda legal de parte de algún artista o sello discográfico por el uso indebido de su música podría terminar en pagos por daños”.

Spotify, YouTube y Apple Music: ¿Por qué no sirven para negocios?

Uno de los mitos más extendidos entre los empresarios es creer que pagar una suscripción premium basta para cumplir la ley. Sin embargo, las plataformas de streaming más populares solo ofrecen licencias de uso personal.

“Spotify, YouTube Music, Apple Music o Tidal no cuentan con licencia de uso comercial. Solo ofrecen licencia de uso personal”, explican desde la industria. Esto significa que reproducir estas plataformas en un local abierto al público constituye una infracción.

En contraste, las plataformas de streaming con licencia comercial ofrecen catálogos similares —con millones de canciones— pero incluyen permisos legales y herramientas diseñadas específicamente para negocios, como programación automática, rotación de playlists y control remoto.

¿También deben pagar los negocios pequeños?

La respuesta es clara: sí. Incluso si la música suena solo como ambientación y no se cobra entrada, el pago de derechos sigue siendo obligatorio.

“Mientras la música esté registrada en alguna sociedad de gestión colectiva, el negocio deberá pagar sí o sí por el derecho de usarla”, señalan. La razón es que el establecimiento obtiene un beneficio indirecto, ya que la música forma parte de la experiencia del cliente. De hecho, lo resumen con una frase contundente: “La música nunca es de fondo, es el fondo de la experiencia”.

Plataformas legales y planes accesibles

Contrario a lo que muchos creen, regularizar la música no es caro ni complicado. Hoy existen soluciones pensadas para todo tipo de negocios.

Empresas como Aqui Suena Perú ofrecen planes desde 99 soles mensuales con música conocida y licencia comercial incluida. “Ofrecemos radios de música pre curada, listas para todo tipo de negocios”, explican. También existen alternativas internacionales como Soundtrack o Soundsuit.

¿Qué sanciones puede imponer Indecopi?

Las consecuencias de incumplir la normativa suelen comenzar con multas económicas y clausuras temporales. No obstante, si el negocio reincide, el escenario puede escalar. “Entendemos que podría terminar en un cierre definitivo si recaen en varios incumplimientos”, advierten los especialistas.

¿Cómo demostrar que un negocio usa música legal?

Ante una inspección o reclamo, la clave es contar con respaldo documentado. “Demostrar que se paga una suscripción mensual a una plataforma de streaming con licencia comercial es fundamental”. Las autoridades ya identifican cuáles plataformas están autorizadas y cuáles no, por lo que no basta con mostrar una cuenta personal.

El caso Pitahaya Lounge: una advertencia reciente

Un ejemplo claro ocurrió con Pitahaya Lounge, local denunciado por reproducir música de Karol G usando Spotify. El caso dejó una lección clave: “Muchos locales piensan que pagando Spotify Premium y Apdayc es suficiente para uso comercial, pero no lo es”.

¿Qué hacer si ya estás incumpliendo la ley?

La recomendación es actuar de inmediato. No solo se trata de contratar una plataforma legal, sino de ir un paso más allá. “Es muchísimo más importante profesionalizar la estrategia musical del local”, explican. Esto implica analizar la marca, los objetivos comerciales y diseñar ambientes sonoros que refuercen la experiencia del cliente.

Errores comunes al musicalizar un negocio

Entre las fallas más frecuentes están basarse únicamente en el gusto personal del dueño o repetir la misma música que todos los locales vecinos. “Usar la música que usan todos es perder la chance de diferenciarse”, advierten.

Cumplir con la normativa no solo evita sanciones. También abre la puerta a aprovechar el poder de la música como herramienta estratégica. “La música ambiental diseñada de manera estratégica puede hacer que un cliente se quede más tiempo o se vaya más rápido, compre más o menos, recomiende la marca o no”.

Además, las plataformas especializadas permiten renovar la música periódicamente, segmentarla por horarios o zonas y supervisar remotamente su correcta aplicación, incluso en cadenas con varias sucursales.

En un mercado cada vez más competitivo, la música deja de ser un simple acompañamiento para convertirse en una decisión clave de negocio… siempre que se haga dentro de la ley