"No podíamos quedarnos de hambre": pescadores artesanales de Ventanilla organizan olla común

Miguel Núñez solía generar hasta S/ 250 en una jornada de pesca selecta en la orilla de La Pinta, en Ventanilla. Ni bien vio ennegrecer el agua, producto del derrame de petróleo el pasado 15 de enero, estuvo seguro que los días que vendrían serían desfavorables para él y los compañeros del mar. Por esa razón organizaron una olla común.

"Para nosotros son 33 días ya. Estamos, como se dice, perjudicados. 33 días sin trabajar en el mar, haciendo su olla común", dice.

No se quedaron de brazos cruzados y desde la asociación de pescadores, fundadores armadores, estibadores artesanales (Aspefaea) de Playa Bahía Blanca de Pachacútec (Ventanilla), se han organizado para conformar una olla común.

Jhossy Arango Candiotti se convirtió en pescadora artesanal cuando tenía 24 años. Preside la olla común creada a partir de la tragedia. "Soy la presidenta de la olla común, que recién hemos formado a causa del derrame de petróleo", dice mientras toma la lista de empadronados, que hoy comerán menestra con huevo frito.

"Estábamos atados de pies y manos y no nos quedaba otra cosa que formar nuestra olla común y pedir apoyo de unas organizaciones. No podíamos quedarmos de hambre", sostiene la mujer de 32 años.

Los pescadores acusan desidia y desinterés por parte de Repsol. "Exigimos la presencia del ministro de Ambiente y la OEFA para que haya un sinceramiento de este problema. Una mesa de trabajo con el ministro de la Producción, Ambiente para solucionar este tema que está en cartera más de 33 días", manifestó Víctor Landa, asesor técnico de Aspefaea.

Ayuda a pescadores

Diariamente, se ofrecen 150 porciones para los afectados. Si deseas colaborar con ellos, puedes comunicarte al 900 650 409 (Jhossy Arango) / 931 071 629 (Mercedes Pando).

Situación opuesta

"Mucha gente piensa que el bonito contiene petróleo, pero no sabe que este pescado es de altura, no de orilla", recalca Raúl López, comerciante pesquero. López, conocido como Comandante, trabaja en el Terminal Pesquero de Ventanilla, en donde los precios se han mantenido a la baja.

La demanda de bonito, jurel, perico y otros pescados se ha recuperado en las últimos quince días. Ello se da tras la intertidumbre por la posible contaminación de especies a causa del derramamiento de crudo por la empresa Repsol en el mar peruano.

En los primeros días del desastre ecológico, los compradores temían consumir especies marinas infestadas con el hidrocarburo, que se sigue expandiendo en el litoral.

Daphne Liviapoma, inspectora del control de calidas del terminal pesquero, explicó que las pocas ventas a inicio del derrame propició un sobreabastecimiento.

"Se está estabilizando el tema de la compra, de la venta. (Restablecimiento) será las últimas dos semanas, que ha comenzado a ser la afluencia del público activa porque de acuerdo a lo que íbamos manejando, al inicio del derramiento, el mercado era desolador. A veces, el producto quedaba un poco más del tiempo prudente porque no había compra y lo mandaban a otro destino, (eso) en la primera semana (del derrame)", detalló a La República.