Se hizo justicia: absuelven a 26 nativos acusados de la muerte de 10 policías en 'baguazo'

Se terminó. Luego de trece años del levantamiento indígena denominado, el 'Baguazo', ocurrido el 5 de junio del 2009, el tribunal de la Sala Penal Liquidadora de Bagua, presidido por el juez Luis Torrejón, absolvió a los 26 nativos acusados por la muerte de diez policías durante el enfrentamiento al no encontrar responsabilidad penal en ellos.

Originalmente la Fiscalía solicitó cadena perpetua contra los investigados por cuatro delitos: secuestro agravado, extorsión agravada, arrebato de arma de uso oficial y disturbios.

Sin embargo, el abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL), Juan José Quispe, quien defendió a tres de los acusados, señaló que el tribunal hizo uso de las dos normas internacionales cuando se trata de procesar a miembros de comunidades indígenas o campesinas, tal y como lo son el Convenio 162 de la OIT y las 100 reglas de Brasilia.

“Ha dicho que el Estado ha violentado estas normas al dar decretos legislativos que afectaban derechos indígenas. Ha hablado también de la consulta previa que originó esta protesta. Ha quedado claro que la protesta fue pacífica hasta el 5 de junio y que los hechos suscitados en Estación 6 ha sido una suerte de reacción por las muertes ocurridas en la Curva del Diablo”, indicó el letrado.

Asimismo, mencionó que ninguno de los agentes policiales sobrevivientes incriminó o reconoció a alguno de los acusados como autores de la muerte de sus colegas.

Además, también se tomó en cuenta el peritaje antropológico que concluyó que las comunidades indígenas reaccionaron ante la amenaza de su ecosistema, ya que ese tipo de reacción no es característica de los awajun-wampis.

Por otro lado, el abogado también lamentó que tanto el Ministerio Público como la Procuraduría del Ministerio del Interior hayan interpuesto el recurso de nulidad en este caso, la cual será revisada por la Corte Suprema.

Testimonio clave

El defensor legal también mencionó que el testimonio del gerente general de Petroperú, Fernando Urízar, fue clave, ya que reconoció que los manifestantes realizaron una protesta pacífica en la Estación 6, que se movilizaban dentro de las instalaciones e incluso veían televisión y jugaban fulbito con los policías, por lo que no existió ningún tipo de secuestro.