Alex Sifuentes y el fuego sagrado de la creación
Alex Sifuentes Cotrina (Lima-Perú), escritor, diseñador y publicista. Trabajó en importantes diarios de la capital. Actualmente es editor del periódico La Visión, medio impreso para la comunidad latina en Georgia, Estados Unidos.
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Por: Jorge Ita GómezDesde las arenas del tiempo, Alex Sifuentes nos ofrenda como un ritual sagrado su poética del fuego, uno de los elementos vitales de las civilizaciones más antiguas y modernas de la humanidad, dadores de vida:
“donde millones de cuerpos esperan ser pintados con la salvación del fuego”.
Así en La salvación del fuego plantea fórmulas de navegación por diversos hemisferios: Babilonia, Egipto, Roma, Asia, Paracas, Chavín, Áncash en su afán por abolir estados de piedra y sueño e instaurar un nuevo orden de las cosas: “Me entrego a la arena del tiempo, la poética del agua. La perfecta oscuridad”.
Historia natural del poeta y sus ancestros en el que, como en el centro mismo de la Tierra, el corazón es fuego y fuego todas las palabras que arden desde tiempos inmemoriales, en la memoria colectiva: “Mi padre busca entre mis libros el mapa de Áncash”. “El amor viene con la madre y se va con ella”.
Soy aquel objeto ancianoque pasó de mano en manoy nunca fue prendidopues es mi destino un humo que se expandemás allá de los favores.Un ángel incesante que cambia de virgen y mensaje.Traidor de cosas máximas,de pura malcriadez, más que de maldad.Arrojado a los pasajesen donde a Dantele cuesta mantener la prosa digna,un calzado perfectoque conduce a los senderosdonde millones de cuerposesperan ser pintadoscon la salvación del fuego.
IV
Me entrego a la arena del tiempo,la poética del agua.La perfecta oscuridaddonde el grumetedecide levantar sus velas de locuraagitado por la brisa nocturna de las dudas,enrumbado hacia el espasmo de un sentido contrario.Campo magnético que encallauna estridente soledaden arrecifes que emananuna cosmovisióninútil ante el naufragio.
I
Mi padre busca entre mis librosel mapa de Áncash.Rasco mi cabeza y una coronareclama sus sueños.Lo guio entre atlas y folletospor el sendero del viento.Tímida vez que estamos juntossin hablar de presupuestos,juntos, viajeros tiernoscompartiendo minerales y anzuelos,ofrendas al Dios nuevoy el encuentro de un puebloque mi padre rescatacon el formidable usode su dedo índice.(A.S.C.)
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