Liliana disfruta de su libertad frente al mar

La otra cara de la moneda. La mañana de ayer, Liliana Castro Mannarelli salió de su casa en Miraflores con su hermana Tatiana, con quien almorzó frente al mar, para encontrar algo de tranquilidad y sosiego. 

Por la mañana, para relajarse, sacó a pasear a su pequeño perro por su barrio, ante el asedio de la prensa.En breves declaraciones, dijo que no pudo dormir tranquila al tener presente que ella estaba bien abrigada en su cama, mientras que Eva estaba encerrada en los fríos ambientes de la carceleta.“He sentido su sufrimiento, he vivido lo que es perder a su madre, el encarcelamiento”, expresó Liliana y pidió a Eva tener fuerzas y no desmayar, porque tarde o temprano saldrá de la cárcel con la apelación que presentarán sus abogados.“Mi corazón está partido en dos. Siento felicidad y tranquilidad porque se acabó este infierno para mí, pero no puedo de dejar de pensar en la injusticia que está pasando Eva. Eso me da fuerza para defenderla e insistir que ella, como yo, también es inocente de un crimen que no cometió ni menos alentó”, remarcó. (R. Espinoza)