Es la víctima 28
El excomando del Ejército, Mario Gavino Navarro Lozano (30), eludió a la muerte durante enfrentamientos armados contra el narcoterrorismo. Sin embargo, no pudo escapar del infierno desatado en el centro de rehabilitación Cristo es amor, donde llevaba solo una semana internado. Ayer, tras penosa agonía, expiró en el hospital Dos de Mayo.
Únete al canal de Whatsapp de El Popular- Parque de las Leyendas dará ENTRADAS GRATIS por todo el 2025: quiénes podrán acceder y cómo reclamarlas
- Trágico accidente en Áncash: ómnibus cae al río y deja varios fallecidos y heridos
El excomando del Ejército, Mario Gavino Navarro Lozano (30), eludió a la muerte durante enfrentamientos armados contra el narcoterrorismo. Sin embargo, no pudo escapar del infierno desatado en el centro de rehabilitación Cristo es amor, donde llevaba solo una semana internado. Ayer, tras penosa agonía, expiró en el hospital Dos de Mayo.
Por casi cinco días, el exlicenciado del Ejército se aferró a la vida y sus familiares rogaban por un milagro, pese a que las esperanzas de recuperación eran nulas, pues tenía muerte cerebral.
Su organismo no resistió más y a las 6:00 de la mañana su corazón dejó de latir.
El director del nosocomio, Luis Valle, explicó que desde un inicio a Gavino se le aplicó ventilación mecánica, pero el daño cerebral que sufrió era irreversible. La inhalación de gases tóxicos le causaron insuficiencia respiratoria y poca oxigenación cerebral.
Su madre, Paula Lozano, contó que su hijo era un muchacho responsable y trabajador, pero los malas juntas y al parecer una decepción amorosa lo llevaron a caer en el infierno de las drogas.
Dos veces lo internaron en el hospital Hermilio Valdizán y aunque lograba recuperarse, volvía a recaer en el vicio.
Por consejo de algunos vecinos, sus padres lo internaron contra su voluntad en Cristo es amor, donde según los volantes que repartían se lograba la recuperación del adicto con la prédica de la palabra de Dios.
“Me han quitado a un hijo bueno, ahora esos señores deben responder por su muerte”, dijo su madre, con el rostro bañado por las lágrimas.
De otro lado, el director del centro de rehabilitación Cristo es amor, Raúl García Albornoz, y el subdirector, Julio Ángel Matías Torres, fueron trasladados por personal del INPE al penal de Huacho. Enfrentan ocho años de prisión. (Hilmer Gasco)
Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.