Lo chotean feo por pezuñento

Según informaron oportunamente medios de comunicación, a mediados del año pasado un hombre fue demandado por sacarse los zapatos en una biblioteca pública y esparció un violento olor a queso.

El hombre, que había presentado una apelación a la decisión de la biblioteca de prohibirle el ingreso, fue ahora condenado a pagar una multa de 275 dólares.

Fue acusado de transgredir las reglas de convivencia al no acceder a ponerse nuevamente los zapatos cuando los asistentes de una biblioteca pública se lo exigieron. Según trascendió en su momento, el olor de este señor es monumental, al punto de que un periodista lo describió como la misma fragancia que sale de una bolsa de papas podridas luego de dos semanas.

El hombre, cuya multa se duplicó luego de la apelación, no merma en su tenacidad. "Ahora apelaré al Alto Consejo Holandés. Yo sé que estoy en lo correcto, la biblioteca nunca debió negarme el derecho a entrar por una razón como ésta", dijo el hombre. "Me han humillado y privado del derecho de acceder a un centro de cultura por una tontería", señaló mortificado.

Refirió que esta acción discriminatoria le puede pasar a cualquiera y por eso no desmayará en su afán de defender sus derechos.

Chequearán visitantes

Por su parte, autoridades de la biblioteca señalaron de ahora en adelante tendrán más cuidado con sus asiduos visitantes.

"Sé que resultará molestoso para ellos, pero tendremos que revisarles los pies antes de ingresar. Queremos garantizar la tranquilidad y la salud ambiental de todos los que vienen hasta este lugar para llenarse de cultura y no de malos olores que los perturben", señaló un funcionario de la mencionada biblioteca.