Melissa Klug arregló con Jefferson Farfán por sus hijos

Se lanzaron dardos envenenados y parecía que iba a arder Troya. Melissa Klug amenazó responder con documentos y videos a su expareja.

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Para evitar que el asunto se agrave y lleguen a ventilar cosas que hieran susceptibilidades, el mismo Jefferson Farfán habría llamado a Melissa Klug para conciliar y poner fin al fuego cruzado.

Esto lo dio a entender la chalaca, quien, con voz pausada y sin la furia de la víspera, señaló que todo lo hacía por el bien y la tranquilidad de sus pequeños.

“No voy a hablar (de montos). Se nos ha escapado de las manos. Las cosas se arreglan conversando entre cuatro paredes, dialogando, porque en medio están nuestros hijos”, manifestó la chalaca.

Aseguró que fue un error amenazar al padre de sus dos hijos varones con destruirlo. Ahora no piensa hablar más del problema legal.

“Sí dije que iba a destruirlo, pero estaba con cólera. Cuando uno está así actúa sin pensar y habla con el hígado. Lo mejor para nuestros hijos es mantenerlo todo en privado”, refirió ayer en "Amor, amor, amor". 

SE LE PASÓ LA MANO

“Lo único que quería es hacerle llegar el mensaje, porque no lo tenía claro... Ambos nos equivocamos, no supimos manejar la situación. ¿Si hablé con Jefferson? Es un tema que me lo reservaré. Quiero decir que nunca más lo tocaré por el bien de mis hijos y respaldo todo lo que dijo mi abogado. No hay nada que temer, es algo que lo decidí”, refirió Melissa Klug.

PIDIÓ 2 MILLONES

En la víspera, su abogado, Juan Antonio Rocha, aseguró que su patrocinada no exigía 7 millones de dólares de indemnización por los años que convivió con la Foquita, sino una cifra mucho menor.

“Melissa pidió 2 millones de dólares por concepto de indemnización, porque quien terminó la relación fue él. Esto al margen del dinero mensual y la casa que pedía”, indicó el letrado.

Como es público, el futbolista solo quería darle 50 mil dólares a su expareja.

Ese no sería el único acuerdo. La chalaca pidió quedarse con la casa de Valle Hermoso (Surco), residencia que Farfán había puesto a la venta. De esta forma, Klug dejaría la casa de La Planicie en La Molina, por lo costoso que le sale mantenerlo.

En el mismo informe se mostró documentos que acreditan la convivencia de ambos en Holanda y posteriormente en Alemania, cuando el artillero jugaba en clubes de dichos países. Esto echó por tierra lo dicho por el futbolista, quien afirmó que no convivió con la madre de sus hijos.