Los deportistas con más medallas de la historia de los Juegos Olímpicos [PARTE II]

Mark Spitz, Michael Phelps y Usain Bolt también dejaron huella en la historia de los Juegos Olímpicos

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Michael Phelps logró 18 medallas de oro, dos de plata y dos de bronce
Michael Phelps logró 18 medallas de oro, dos de plata y dos de bronce

Los Juegos Olímpicos Tokio 2020 no se detienen y siguen cayendo las primeras medallas del evento. La presea dorada es la gran obsesión de todo deportista que participa en este mega evento deportivo, pero solo algunos pueden cumplir con el tan anhelado sueño.

Sin embargo, hay deportistas que han trascendido en el tiempo por la cantidad de medallas que se colgaron. En esta segunda parte terminamos de revisar los deportistas con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos.

Mark Spitz el torpedo humano

Lo que hizo Mark Spitz en los Juegos de Múnich 1972 fue de tal magnitud que le sirvió para ocupar de por vida un puesto entre los más grandes deportistas olímpicos de la historia. Logró siete medallas de oro en siete pruebas disputadas, algo que nadie había hecho y que nadie batió hasta que llegó Michael Phelps en Pekín 2008.

Y lo acompañó de otros tantos récords del mundo. A estas siete preseas hay que sumarles otros dos de oro, uno de plata y otro de bronce obtenidos cuatro años antes, en México 1968, lo que elevan su cifra a 11.

Dato:

  • Spitz ocupa el cuarto puesto del medallero histórico, sólo superado por el propio Phelps (18 oros, 2 platas y 2 bronces), Larisa Latynina (9-5-4) y Paavo Nurmi (9-3-0).

Spitz y su talento para la natación

Spitz estaba destinado a la natación casi desde que nació. Con apenas dos años aprendió a nadar en la playa de Waikiki (Hawai), donde sus padres fueron destinados por trabajo. A los ocho regresó a California, donde comenzó a entrenar en serio.

Siempre fue respondiendo a las expectativas que creaba, tanto que con 11 años ya poseía 17 récords nacionales en su categoría. En México 68’, con 18 años, ganó dos pruebas: relevos (4x100 y 4x200 libres), además de una plata (100 mariposa) y un bronce (100 libres).

Para él fue una decepción y para el resto un golpe merecido para alguien que no hacía honor al lugar donde nació (Modesto).

Spitz y su llegada a los Juegos de Munich

Cuatro años después, llegó a los Juegos de Múnich con varios récords mundiales que hacían pensar que ganaría varias pruebas. Lo que nadie imaginaba es que ganaría tantas o, mejor dicho, todas las que disputó.

Comenzó su recital el segundo día de competición con los 200 metros mariposa, en los que bajó su propio récord mundial en casi un segundo (2:00.70). Una hora más tarde, lideró al equipo de 4x100 libre, con una nueva plusmarca mundial (3:26.42).

Al día siguiente se llevaba su tercer oro y su tercer récord mundial, esta vez en los 200 libres (1:52.78). Tras un día de descanso, regresó para pulverizar otras dos plusmarcas mundiales en los 100 mariposa (54.27) y en los 4x200 libres (7:35.78).

Con esta última medalla, Spitz consiguió lo que se le resistió en México: los cinco oros que superaban el récord de Schollander. Con su objetivo cumplido y algo cansado, estuvo a punto de no competir más. Pero al final, animado por su antiguo entrenador de la infancia, decidió hacerlo.

Así, ganó la final de los 100 metros libres con su sexto récord mundial (51.22) y cerró su apoteósica actuación el mismo día con el 4x100 estilos nadando a mariposa, que implicó, no sólo otra plusmarca (3:48.16), sino también un nuevo récord histórico: superó al esgrimista italiano Nedo Nadi, que tenía el honor de ser el único con seis oros en unos mismos Juegos.

  • Resultado global: siete carreras, siete victorias y siete récords mundiales. Los Juegos perfectos.

Tras los Juegos de Múnich y con cinco millones de dólares en sus bolsillos, decidió retirarse con sólo 22 años. Los cantos de sirena de la televisión pudieron más que sus ansias deportivas, ya completamente satisfechas.

Tras varios intentos fallidos de introducirse en el mundo del espectáculo, en el que hizo varios anuncios, se metió en la promoción inmobiliaria. Intentó la locura de clasificarse para los Juegos de Barcelona con 41 años, pero no lo consiguió.

EL TIBURÓN DE BALTIMORE

Michael Phelps ocupa el primer puesto en el medallero histórico de los JJ.OO. con 18 medallas de oro, dos de plata y dos de bronce. Sus ocho oros de Pekín fueron una de las mayores hazañas de la historia.
Este Olimpo estaría incompleto sin él. Nadie tiene más medallas, nadie tiene más oros y nadie ha sido capaz de ganar tantos en unos mismos Juegos Olímpicos.
Con 22 medallas logradas en cuatro participaciones, copa el medallero histórico. Es sin ninguna duda, el rey de la historia de los Juegos.
Y eso que Phelps comenzó a nadar por casualidad. No le gustaba el agua. De hecho, le daba miedo. Pero encontró en la piscina una vía de escape para no pasar tiempo en casa y ver las continuas y fuertes discusiones de sus padres, que se acabarían divorciando. Sus hermanas fueron quienes le convencieron, sobre todo Whitney, quien iba para figura de la natación hasta que le frenó en seco una lesión de espalda.
Con siete años, el pequeño Phelps se puso a nadar, donde pronto destacó. A los once comenzó a entrenarle Bow Bowman, el que se convirtió en su técnico inseparable, su gran mentor y amigo.
El primer gran logro fue clasificarse con tan solo 15 años para los Juegos de Sídney, siendo el nadador más joven de la competición. No defraudó, dejando una grata impresión en el público y un desconcertante respeto en sus rivales al lograr ser quinto en 200 metros mariposa.
A partir de ese momento, comenzó la meteórica e imparable carrera de Phelps. Solo cinco meses después de su actuación en Sídney, batió el récord mundial en la misma disciplina en los Mundiales de Fukuoka de 2001, convirtiéndose en el plusmarquista más precoz de la historia. En 2003 ya avisó de que en Atenas iba a ser una de las estrellas al batir otros ocho récords más, además de varias medallas en los Mundiales de Barcelona.
Con 19 años llegó a sus segundos Juegos. Todo el mundo estaba expectante por si iba a ser capaz de batir los siete oros de Mark Spitz en Múnich 72’. Phelps lo intentó, pero se quedó en la nada despreciable cifra de seis preseas doradas y dos bronces. Ganó en 100 y 200 metros mariposa, 200 y 400 estilos y 4x100 y 4x200 estilos. Y quedó tercero en 200 metros libres y 4x100 libres. A pesar de ello se convirtió en el Rey de los Juegos atenienses. De esta manera igualó el récord del gimnasta soviético Alexander Dityatin en Moscú 80’, el único hasta la fecha que había ganado ocho medallas en unos mismos Juegos Olímpicos.
La ambición de Phelps no se quedó ahí y con la madurez que le faltó en Atenas, se presentó en Pekín con la intención, esta vez sí, de batir el registro de Spitz. Respondió a las expectativas con creces y no falló en ni una sola prueba de las que participó. Repitió éxito en 100 y 200 metros mariposa, 200 y 400 estilos y 4x100 estilos. Y sumó tres que le faltaban: los 200 metros libres y el 4x100 libres que se le resistieron cuatro años antes, y el 200 libres. Todas sus victorias trajeron consigo un récord mundial, excepto el 100 mariposa, que fue plusmarca olímpica en el final más espectacular de la historia de la natación contra el serbio Miroslav Cavic.
Ocho oros en ocho carreras con todo lo que ello significaba: batir el récord de su compatriota Spitz, volver a ganar ocho medallas en unos mismos Juegos y convertirse en el deportista con más oros en la historia de los Juegos. Razón suficiente para, no sólo volver a ser el Rey en Pekín, sino convertirse en el mejor de todos los tiempos.
Phelps anunció que, tras Londres 2012, colgaría el bañador a pesar de tener solo 27 años. Después de tocar techo en los Juegos, después de ser elegido 'Nadador del año' en 2003, 2004, 2006, 2007, 2008, y 2009 y después de ser nombrado 'Mejor deportista FINA de la década', poco más le quedaba por lograr.
Por eso llegó a la cita londinense sin presión y sin más ganas que lograr alguna medalla que agrandara su laureado palmarés. Tan sólo le hacían faltan tres para superar las 18 de Larissa Latynina, la deportista que contaba con más metales olímpicos. Y lo logró.
Pese a no tener el protagonismo de las citas de Atenas y, sobre todo, Pekín, Phelps se fue de Londres con otras seis medallas. Nadie pensaba que pudiera llevarse tantas y más después de que en su primera prueba quedara cuatro muy lejos de Ryan Lochte.
Se esperaba que lograra algún oro, principalmente en relevos. Sin embargo, Francia se lo arrebató y le dejó con la plata en el 4x100 libre. Mismo metal logró en el 200 mariposa en una carrera que tenía ganada. Hasta ahí, todo marchaba más o menos como se esperaba. Sin embargo, Phelps volvió a demostrar por qué es una leyenda olímpica. En el 4x200 libre logró el primero de sus cuatro oros. Esta medalla tuvo un valor significativo, pues suponía la número 19 en unos Juegos. Ya era el deportista con más medallas de la historia.
Remató Londres con el oro en 200 estilos y 100 mariposa -en ambas fue el primer nadador masculino en ganar la misma prueba en tres Juegos diferentes- y el 4x100 estilos. Ésta fue la última medalla que logró, la número 22. A pesar de estar casi de paso en la capital inglesa, Phelps se fue con seis metales más, cuatro de ellos de oro. Después se retiró.

EL RAYO

El jamaquino Usain Bolt ostenta once títulos mundiales y ocho olímpicos como velocista, además posee los récords mundiales de los 100 y 200 m lisos, y la carrera de relevos 4×100 con el equipo jamaicano. Es uno de los siete atletas que en la historia han ganado títulos en las categorías juvenil, júnior y absoluta.
En el año 2008 consiguió su primer récord mundial en los 100 m lisos con 9,72 s, y culminó el año con otras marcas absolutas en esa misma prueba en los 200 m y en la carrera de relevos 4×100 con el equipo de Jamaica, con registros de 9,69 s; 19,30 s; y 37,10 s respectivamente, durante los Juegos Olímpicos de Pekín.
Tales hazañas le consagraron como el primer atleta en ganar tres pruebas olímpicas desde Carl Lewis en 1984. En 2009 superó sus propios récords absolutos de 100 y 200 m lisos con registros de 9,58 y 19,19, respectivamente, durante el campeonato mundial de Berlín, lo que le consagró como el primer atleta en ostentar los títulos mundiales de los 100 y 200 m lisos tanto en el campeonato mundial como en Juegos Olímpicos. El tiempo con el que rebajó la marca mundial de los 100 m en 2009 es el de mayor margen desde que fue implantada la medición digital.
En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, estableció un nuevo récord mundial en el relevo 4×100 metros con registro de 36,84 s. Además, superó el récord olímpico en los 100 metros lisos tras ganar la final con un tiempo de 9,63, por lo que estableció la mejor marca de la historia, y su triunfo en los 100 metros le convirtió en el primer atleta en ganar la medalla de oro olímpica en dos juegos consecutivos en ambas pruebas.
Otro hito en su carrera lo estableció en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 al agenciarse por tercera ocasión tres medallas de oro, pero dicho logro fue malogrado por el retiro de la medalla dorada en la prueba de relevos 4 × 100 m en 2008 al comprobarse que uno de los integrantes del equipo había fallado una prueba de dopaje.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista, comunicador social y amante de los deportes.

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