Real Garcilaso: Alfredo Ramúa sueña con lograr su primer título nacional

Carlos Lara Porras

Petiso y habilidoso, así es Alfredo Ramúa, uno de los baluartes de Real Garcilaso. 

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El Chapu anotó en el triunfo de los cusqueños sobre  Cantolao (3-2) y hace  ilusionar al pueblo cusqueño con el título nacional. 

—¿Qué es el fútbol para ti? 

−Una pasión que abracé desde que nací. A los cuatro años ya jugaba fútbol 7, lo cual es normal en Argentina, se juega en cancha de grass. 

—¿Tu padre fue futbolista? 

−Fue futbolista amateur, tiene hoy 70 años, sigue jugando y fue él quien mi inculcó el amor al fútbol.

GRACIAS A LA PELOTA 

—¿Vives y sueñas fútbol? 

−Todo el día consumo fútbol. Con mi señora vemos la mayor cantidad de partidos, ya sea de fútbol local e internacional. 

—¿Es cierto que gracias al fútbol conociste a tu esposa? 

−Sí. Mi suegro era vicepresidente del Club Atlético Rayo Seco, donde jugaba, y ahí conocí a mi esposa Antonella. Al principio, a mi suegro le chocó, pero luego entendió.  

—¿Tus mejores campañas han sido jugando en Garcilaso? 

−Cada uno encuentra su lugar en el mundo y en Cusco me siento bien desde que llegué el 2013. Estoy muy identificado con su gente y soy feliz acá. Ojalá podamos lograr el título.

SUEÑOS DE CAMPEÓN  

—¿Está para campeón Garcilaso? 

−La idea es que el equipo sea protagonista y pelee el título. Tenemos un buen plantel y daremos pelea. 

—¿Jugar en altura es inhumano? 

−Es difícil, si fuera así todos los años campeonaría un equipo de altura. Si no tienes buen equipo con la altura solo no ganas. El 2013 Universitario nos ganó en la final en Huancayo. 

—Eres de los pocos jugadores que has jugado en costa, sierra y selva. 

−Para jugar en el Perú hay que ser todo terreno. Vine al Perú el 2008 para jugar en el CNI de Iquitos, donde el calor de la selva es insoportable.  Luego en la altura de Cusco se siente el ahogo. Todo es cuestión de adaptarse.