Eduardo Soto Marín: desorden mental o la búsqueda de sí mismo

Por: Jorge Ita Gómez

Eduardo Soto Marín es un fervoroso poeta y promotor cultural que sigue en línea recta o va zigzagueante, como un lobo estepario, tras las huellas "adictivas y destructivas" dejadas por Baudelaire, Poe, Rimbaud, Ginsberg y Bukowski, hasta dar con la inmensa humanidad redentora de César Vallejo.

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“El aroma a libros viejos crea nostalgias, 

que llevas a casa y veraz en cada rincón de letras, 

allanas tu guarida favorita; mis brazos, 

a cuatro manos, buscamos a Poe, Ginsberg, Rimbaud, 

lo que importa es hacer de este momento una sinfonía de latidos”

De modo que ese Desorden mental no es más que la búsqueda de sí mismo para dejar de ser el ser en la sombra o la nada: solo un pretexto para explorar los sórdidos paraísos artificiales y reordenar el caótico devenir de la angustia existencial que envuelve, como el humo del cigarro al artista en la escena contemporánea, llena de aflicción espiritual.

“Una llovizna nos hace correr al resguardo de una librería 

de usado en calle Donceles, 

Pregunto en el aparador por El ser en la sombra,

El turno de aullante, libros que ya no existen, 

que lástima. 

Volteo y veo en tu mirada y cabellera, 

mi mejor poema”

Librado del callejón oscuro del alcohol y del altar rutinario del sexo, gracias a la luz que irradia su poesía en largos versículos, recobrará al fin su "aguda conciencia" desacralizadora para permanecer alejado del filo de la navaja, a libre albedrío y redimido para siempre, en ese estado de gracia permanente.

“Cansados de anochecer amanecen mis huesos. 

Los perros sabios, no me dejaron dormir. 

Durante la noche tuve un ataque de fe curativa 

que espantó al cuervo y a la muerte. 

No es hora de reproches a mi inspiración”

EDUARDO SOTO MARÍN 

(Oaxaca-México, 1973)

Promotor cultural, declamador y poeta. Presidente de la Asociación Civil Sociedad de Poetas Reunidos por un México Mejor. Fundador del Corredor cultural Nezahualcóyotl. Fundador y administrador de la Casa del poeta César Vallejo. Fundador del corredor cultural Uruapan, Michoacán. Fundador del corredor cultural Izucar de Matamoros Puebla, Imparte el taller Conciencia y Cultura en diversas partes de la República mexicana, publicado en las antología Ser al fin una palabra, desprendida del 9º festival de poesía latinoamericana (Tinta Nueva, 2013); Pasión del páramo (Editorial Patético 2013); Hostal entrópico (colectivo Entrópico 2014); plaquet Poesía Difusa (2013), libro “Desorden Mental” editorial Fridaura (2015), libro “El Esteta” (2016), libro “Relatos extranormales de un hombre normal” (2016), participa en antologías poéticas de Eros lívido, La casa del poeta Max Rojas, conductor del programa Factory Radio.

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MONOMANÍA 

Esperando que la noche anuncie el día y acabar con otra 

    [nocturna espera, 

tapizo de ceniza y nicotina mis dedos para que no pierdan 

          [su movimiento, 

El corazón manipulado, acelerado por la ansiedad que 

[se encerró conmigo en esta habitación y no a fornicar, 

me siento náufrago de otro fin de semana, no buscaré nada 

[más por las fiestas de alcohol y rutina. 

Escucho canciones llenas de lamentos que auto compadecen 

[al ánimo nefasto, escribo cosas sin sentido para los cuerdos, 

pensamientos venidos del manicomio nacido en mi 

  [mente amontonada, 

ellos sostienen la realidad forrada de falacias. 

Manejo el reproductor de música a mi antojo, repitiendo las 

  [melodías que más laceran, 

ya hasta lo encuentro muy entretenido. 

Abro la ventana para orear las miserias rotas,

estoy fastidiado de algunas amantes tan vacías como hermosas, 

tan insistentes como la hipocresía. 

Es tiempo de escapar de las manos del amor lascivo de la 

[fémina joven que dejó hecho escombros mi esqueleto, 

Dejaré de ocupar a la soledad como amuleto ni la ansiedad 

[como refugio, 

dejar las creencias de un Dios que no solo multiplique panes 

[y peces, 

Reconstruir la palabra: quiero. 

Para poder viajar entre las entrañas 

de la noche con plácido desvelo.

OTRA MÁS 

Los amores fieles que han desfilado el espejo del amor, 

Camino con ellos por las calles de esta colonia, 

vengo de discutir y romper la caja musical del noviazgo 

Encuentro en una esquina a la nostalgia, 

me siento junto a ella al filo del abismo que trae la confusión, 

dejando colgar nuestros pies, nos contemplo, 

no hay palabras, miserias, ni críticas. Matamos el tiempo. 

Varios suspiros enviados a la nada. 

Saco el consuelo que traigo guardado en el orgullo, 

recuerdo cuántos cuellos, labios y orejas llené de besos 

el aroma aceitunado de su rosadas y brillantes intimidades, 

orgasmos inicuos, que al salir del capullo se convierten siempre 

  [en soledad. 

No puedo evitar compararlas una y otra vez, 

pues ellas, son el motivo de esta locura escrita. 

Busco día a día entre los infiernos,

el sexo adictivo y destructivo que forma el espiral 

de la orbe colérica que habito.