Nelly Villegas: “Siempre fui una mujer rebelde”

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Nelly Villegas y su historia de lucha por sacar adelante a su familia y su comunidad
Nelly Villegas y su historia de lucha por sacar adelante a su familia y su comunidad

Por: Antonio Orjeda / Fotos: Ximena BarretoNo llegó a acabar la primaria, sin embargo, todos sus hijos son profesionales. Cama afuera, fue trabajadora del hogar e iba de casa en casa con sus vástagos para que la ayuden y así aprendan a ganarse el pan.Nelly Villegas, dirigenta vecinal, lideró a sus vecinas y forjó una microempresa comunal. En paralelo, y pese a sus carencias económicas, comenzó a ayudar a madres que con sus hijos huían de la agresión doméstica. Las acogía en su casa, les enseñaba a trabajar.En 1986, fundó la Asociación Llaqtanchispaq, el 2003 le donaron un terreno de 160 m2 al pie de un cerro en Villa, Chorrillos, y allí levantó el Hogar de la Esperanza Mamá Victoria, donde brinda techo y educación de manera gratuita. Sin duda, es un ángel, sus hijos le han pedido que ya descanse, pero ella no puede parar.—¿Cuál es su beneficio económico por haber creado este hogar?—¿Beneficio económico? Yo no tengo beneficio económico, sino que yo he sufrido ¡tanta violencia! De niña y de grande. Mi primogénito murió porque no tenía un techo donde cobijarlo. Entonces, cuando mis hijosfueron ya profesionales, pensé: “¿Por qué no?”. Ahí nomás me ofrecieron este terreno, y dije: “¡Vamos a hacer algo!”. Por eso hice el hogar.—Llegó a Héroes del Pacífico, en Villa, cuando esto era un pampón...—Todo era arenal.— Con esteras levantó su casa...—Así fue hasta 1993.— Como dirigenta vecinal ayudó a urbanizar la zona...—Fui quien encabezó la toma del sitio, y después nos organizamos –las mujeres, más que nada– y así pudimos urbanizar el espacio.—Siendo aún su casa de esteras comenzó a atender a mujeres con problemas...—Me las llevaba a trabajar, y sus pequeños se quedaban en mi vivienda con mis niños. Mis hijas mayores –aveces renegando– atendían a esos chiquitos.—Fue trabajadora del hogar, cama afuera, adonde iba llevaba a una mujer y le enseñaba a hacer las tareas de la casa...—Adonde iba las llevaba y les enseñaba a lavar, a planchar… y luego, cuando aprendían, les buscaba trabajo.—Su marido, albañil, conseguía solo trabajos esporádicos. A usted no le sobraba la plata para dedicarse a lo que estaba haciendo...—La pasaba terrible… Quizás por eso mis hijos no tienenniños, porque nosotros hemos pasado hambre. La hemos pasado ¡bien difícil!—¿Por qué entonces creó la Asociación Llaqtanchispaq?-Nuestra mente estaba puesta en cómo organizarnos para poder trabajar: las que podíamos laborábamos en casas; después hemos hecho mermeladas, chompas… Hemos hecho un montón de cosas para vender.—En un principio, el objetivo fue organizarse como un equipo y salir adelante...—Sí. Y con el tiempo la idea fue expandir esta experiencia a más personas.— ¿Usted lideró la organización?— Sí.—¿De dónde le viene este talento, esta fuerza para liderar?—¿La verdad? A veces no entiendo… Yo siempre he sido rebelde al ver tanta pobreza, tanta injusticia enmi pueblo. Nunca he sabido por qué sentía esa rebeldía, y cuando vine acá y comencé a participar en reuniones, asambleas, fui dándome cuenta de que yo tenía algo dentro de mí. Entonces, dije: “¿Por qué no hacer algo? ¿Por qué seguir esperando a que alguien nos regale? ¡Vamos a hacerlo!”.—Usted no tiene estudios. Solo hizo primaria...—Primaria, que ni siquiera he terminado (ríe).—¿A los 14 años fue atacada sexualmente?— Sí.—Embarazada vivió en el desamparo. Al poco tiempo de nacer, su hijo muere. ¿Su meta fue que no haya más mujeres que pasen por lo mismo?—Yo pensaba: “¿Qué hay que hacer para que no pase lo que a mí me pasó?”. Y luego, cuando mis hijos fueron creciendo, dije: “Si los que estudian pueden tener (recursos económicos), ¡mis hijos van a estudiar!”.— ¿Con ellos aún chicos iba a trabajar a las casas?—¡Todos han trabajado conmigo!—Una vez, un tipo la acusó de robo...—¡Ah! Estaba con el menor de mis hijos, y escuchó cuando un inglés, en un departamento, me gritó. Casi me pega. Creía que yo había agarrado algo suyo. Lo único que hice fue responder; si me pegaba, iba a ser más difícil, pero igual me iba a defender. Después me puse a llorar, y a mi pequeño le dije: “Si esto recibo, es porque nunca estudié. De haber estudiado, seguro trabajaría en otra cosa, por eso ustedes tienen queestudiar y ser profesionales”.—Se lo dijo al que hoy es médico, ¿no?—Así es, y le manifesté: “Cuando tú seas profesional, nunca vas a tratar mal a la gente”. Mi hijito me dijo: “Mamá, no te preocupes. Voy a estudiar”, y fue el más empeñoso de todos. Con velas, con lamparín, ¡siempre cumplía! Ingresó entre los cinco primeros a la Universidad San Marcos.—Como madre, ¿cómo se siente?—Cuando él se graduó, el rector justo había sido mi patrón. Yo trabajé en su casa, y nunca pensé que después de haber lavado los mandiles, los guardapolvos del doctor, iba a lavar los de mi hijo. Me acerqué a saludarlo. Me reconoció y me dijo: “¿Qué haces acá?”. Le respondí: “Mi hijo se gradúa de médico”. Me abrazó. Me felicitó. Me presentó a la que entonces era ministra de Salud… Le contó quién era yo, le dijo que era un ejemplo: “¡Hoy su hijo se gradúa!”. “A ver, quiero conocerlo –y cuando lo vio–; ¡pero si yolo he llevado al Loayza para que haga sus prácticas!”. Es que a los mejores los escogían y los mandaban a los hospitales.—¿El rector conocía a su hijo?—Pero no sabía que era mi hijo.—¿Sabía de él porque era un alumno sobresaliente?—De los mejores. Cuando lo vio, le expresó: “Te felicito por tener la madre que tienes”.

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