Margoth Villavicencio: “Mi progreso se lo debo a la honestidad”

Margoth Villavicencio era una productiva empleada de la entonces estatal Siderperú. Se creía indispensable, hasta que le anunciaron su despido. Al día siguiente creó Prorecove (Profesionales de Representación Compra y Venta) -hoy, Grupo Cabal- en su departamento. Vendía fierro, no tenía nada en stock. Margoth no tenía almacén. ¿Cómo la hizo? Esta es su historia.

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Doris Margoth Villavicencio Fernández / Propietaria y gerenta general de Grupo Cabal.
Doris Margoth Villavicencio Fernández / Propietaria y gerenta general de Grupo Cabal.

Por: Antonio Orjeda

Fotos: Claudia Alva

Margoth Villavicencio era una productiva empleada de la entonces estatal Siderperú. Se creía indispensable, hasta que le anunciaron su despido. Al día siguiente creó Prorecove (Profesionales de Representación Compra y Venta) -hoy, Grupo Cabal- en su departamento. Vendía fierro, no tenía nada en stock. Margoth no tenía almacén. ¿Cómo la hizo? Esta es su historia.

UN POCO DE HISTORIA

—Fue empleada de una empresa estatal durante 20 años.

—Trabajé en SiderPerú viendo la programación de pedidos de clientes que, a través de mi empresa, ahora yo atiendo.

—¿Qué tan buena empleada era?

—He sido muy exigente con mi empleador. Aunque, pese a mi trabajo, a mi persistencia, no era reconocida.

—Trabajaba más de 12 horas al día.

—Y tenía un sueldo muy pequeño, pero igual me esforzaba.

—En los 90, cuando se privatizó la empresa, tenía claro que a su esposo lo despedirían, pero a usted no. 

—Creía ser la empleada ideal, ¡porque atraía clientes! No solo por mi trato, sino por el uso de técnicas de venta.

—Pese a ello, el 25 de julio de 1994…

—Me despidieron. Estaba en la oficina, sabíamos que había una lista de despidos. Estaba preocupada. Decía: “Qué pena, a cuánta gente irán a despedir…”. ¡Te juro que pensaba así! De pronto, me llaman… Me entregaron mi carta de renuncia. ¡Me acuerdo, clarito! Le dije: “¿Yo estoy en la lista? ¿Puede revisar bien?”… Ahí estaba. Y tuve que firmar o me despedían sin ningún beneficio.

AL MAL TIEMPO...

—Su marido también se quedó sin empleo, su hija aún era escolar.

—Y nos acabábamos de mudar de Chimbote a Lima. No teníamos más que un pequeño departamento. Eso, y mi profesión, era todo lo que tenía.

—¿Fueron bien indemnizados?

—Eso no me sirvió ni para abrir un negocio. 

Lo puse en el banco y lo comencé a retirar como si siguiera trabajando. A mí me pagaban 600 soles, y eso era lo que retiraba cada mes. Lloré mucho. Me sentía defraudada, pero de inmediato me paré. No sé cómo, pero ese mismo día dije: “No puedo tirarme a llorar. ¡Yo tengo que continuar!”.

—Al día siguiente creó Prorecove.

—Usted, su esposo y un empleado. En un quinto piso.

—En mi departamento, que durante el día se convertía en mi oficina y por la noche volvía a ser mi casa.

HONESTIDAD: LA CLAVE

—Lo suyo era vender fierro pero no tenía stock ni almacén.

—¡No tenía nada!

—Sí tenía conocimientos y una trayectoria de honestidad.

—Es verdad. Valores y la fuerza interior para salir adelante y apoyar a todos los ferreteros –pequeños, de provincias–. Había sido testigo de cómo no eran considerados en las negociaciones ni en los descuentos, cómo se quedaban con su dinero. 

Recuerdo a la señora América Bautista, que llegaba desde Ayacucho, con sus polleras, llorando: “¡Pero si yo he depositado para que me lleven fierro!”. Se trataba de mil, dos mil, tres mil dólares; y yo decía: “Vamos a revisar…”. ¡Y ahí estaban! Dime: ¿Y qué pasaba cuando nadie iba a reclamar?

—Como ninguneaban los pedidos pequeños y atendían solo los de las grandes empresas, usted aglutinó a los primeros a fin de convertirlos en pedidos atractivos. Así, los ninguneados pasaron a ser clientes A1.

—Una cosa que siempre digo, es que si tú no eres honesto, ¡mueres! A mí me depositaban 30 mil dólares. Y de eso, yo solo me quedaba con un dólar de comisión. Yo me asustaba: de pronto en mi cuenta habían 120 mil dólares que habían sido depositados por cuatro, cinco, seis personas. Y de todo eso, me quedaba con seis dólares. 

LA IMAGEN ES TODO

—Su idea de negocio, ¿no se le había ocurrido siendo empleada?

—¡Claro! Y lo hice, pero para la empresa. Les decía a los clientes que se unan para que además puedan acceder a las ofertas, porque estas eran a partir de la compra de 500 toneladas. “¿Y usted, no nos puede juntar?”, me decían. Pregunté a la Dirección si se podía, me dijeron que sí, y me convertí en su enlace. Quedaban muy agradecidos.

—Así forjó su imagen ante ellos.

—Y fortaleciendo siempre la honestidad, porque no les cobraba ni un centavo por hacerlo. Mi objetivo era beneficiarlos.

—Y cuando estuvo en apuros, ellos le dieron su confianza.

—Muchos. Se pasaban la voz, fue un boca a boca que nos hizo crecer.

RENDIRTE JAMÁS

—De no haber sido despedida, no estaría viviendo nada de esto.

—Sí. De una situación negativa, salió una que no me esperaba. Eso fue consecuencia del deseo de querer salir adelante y de creer en uno mismo. ¡Eso! Primero tienes que creer en ti, en esa fuerza que tú tienes. Porque si lo hiciste bien adentro (como empleada), ¿por qué no lo puedes hacer afuera?

—A veces la vida tiene que calzarnos una trompada para recién darnos cuenta de eso, ¿no?

—¡Exacto!

—¿Por qué? ¿Cuál es el problema? ¿La comodidad?

—Yo creo que sí: nos gusta el confort.

TESTIGO EN CASA

—Su hija tenía 6 años cuando la despidieron, vio su departamento convertirse en la oficina de sus padres y, hoy, es testigo de cómo este local les ha quedado chico y han tenido que abrir otro en Naranjal.

—Tenemos dos depósitos en Naranjal… Mi hija dice que debería dejar de trabajar (ríe)… Este negocio nos ha dado muchas cosas buenas.

—Y lo más rico de todo, imagino que no ha sido hacer dinero.

—¡Bajo ningún punto de vista! La satisfacción más grande que puede tener un empresario, es tener gente a la que le puede transmitir conocimientos y ayudar a ser mejor persona.

EN SU NOMBRE...

—¿Sus padres han tenido oportunidad de ver su evolución?

—No. Ambos murieron cuando aún trabajaba en SiderPerú. No me han visto, pero pienso que deben estar sumamente contentos.            SEPA MÁSSi desea saber más, visite la página oficial de Mujeres Batalla:  http://www.mujeresbatalla.pe/       

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