Usando la zurda

El Colorao me pagó el menú ayer. “No te sorprendas, así soy yo en mi día”, dijo sonriendo. Lo miré con cara de duda. Su cumpleaños ya pasó, el Día del Padre también, ¿de qué estaba hablando?

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Por Lucho Camino

El Colorao me pagó el menú ayer. “No te sorprendas, así soy yo en mi día”, dijo sonriendo. Lo miré con cara de duda. Su cumpleaños ya pasó, el Día del Padre también, ¿de qué estaba hablando? 

“Ya sé lo que te estás preguntando”, se adelantó. “Es el Día de los Zurdos, pues”, dijo resolviendo mis dudas. Después de almorzar y conversar sobre su zurdera, le di un apretón de manos. Bueno, usando la derecha. Y nos despedimos. Tenía que pasar por un bazar para comprarle algún regalito a mi segundo hijo que también es zurdo. 

Creo que él no sabía que tiene un día. Y quería hacerlo especial. Porque no es fácil ser zurdo pues la mayoría de cosas están hechas para los diestros. Y de eso habíamos hablado con el Colorao. 

“Seguro que tu hijo llega del colegio con la mano izquierda manchada de tinta”, me dijo. Tuve que decirle que sí. “Ni lo vayas a gritar, no es porque se ponga a jugar con el lapicero. Los diestros escriben y avanzan la mano hacia la derecha, sobre el papel limpio. Los zurdos vamos pasando la mano sobre lo que escribimos y como la tinta a veces no se ha secado, nos manchamos”, me explicó.  

“Eso sí, no hay zurdo malo. Todos somos bravos con la pelotita”, aseguró. Y, la firme, el Colorao por flojo, por computarse galán y por ser amante del fullvaso, no llegó a jugar en la profesional. La mueve como los dioses.  

“Imagínate, yo concentrado un fin de semana. No era lo mío. Aunque ahora veo tantos malos, que yo fácil, con mi guata chelera, la hago”, se justifica. 

Mi hijo también juega. Como todo zurdo, tiene panorama y buen toque. Eso sí, le pido que no descuide los libros.

“Los zurdos tenemos derechos”, me dice mi hijo cada vez que se queja por algo que está pensado para los diestros. Por ejemplo, el teclado de la computadora. “Quiero borrar y la tecla está a la derecha. Quiero usar el teclado numérico y está a la derecha”, reniega. 

Un día llamaron a su mamá del colegio porque había contestado mal a una profesora. “Papá, es que me quiere obligar a usar un cuaderno espiral y a mí me molesta la mano para escribir. No es cómodo”, me explicó. Por suerte, la Miss aceptó sus disculpas y entendió las razones de mi pequeño. 

Es algo rebelde, pero muy creativo. Dibuja bien y analiza lo que le sucede con una agudeza que no deja de sorprenderme. Según leí, los zurdos suelen ser así. Por eso eligen las carreras de artes, los deportes o tecnología. Yo lo apoyaré en lo que él decida. Y medio en broma, medio en serio siempre le digo: “Tienes que caminar derecho en la vida”.

muchacalle.elpopular@gmail.com

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