Chusma, chusma

La vecindad del Chavo parece nuestro Congreso. Los actores que aún quedan vivos, intercambian palabras como proyectiles, con la misma intensidad que en el hemiciclo. Como ayer, que en plena interpelación al ministro de Justicia, se decían de todo.

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Por Lucho Camino

La vecindad del Chavo parece nuestro Congreso. Los actores que aún quedan vivos, intercambian palabras como proyectiles, con la misma intensidad que en el hemiciclo. Como ayer, que en plena interpelación al ministro de Justicia, se decían de todo.Tal vez la comparación me quedo chica. Los parlamentarios no se parecen en nada a los entrañables Quico y la Chilindrina, por ejemplo. Nos pueden hacer reír, nos dan cólera, todo lo tergiversan, olvidan sus pasados y se empinan como los paladines anticorrupción.Como Kenji Fujimori que le enrostraba a Figallo su supuesta ayuda para que Belaunde Lossio no pague por sus culpas en la cárcel, olvidando que sus tíos aún siguen prófugos y que su padre fugó al Japón. Vaya, vaya.La vecindad del Chavo solo abre sus mismas heridas, las lame y no las cura. Quizás ahora que Chespirito ya está en el cielo, algunos personajes han decidido acabar con las medias verdades.Hace unos días, la Chilindrina arremetió contra Florinda Meza, la recordada Doña Florinda. Le recordó su pasado y la pintó, en pocas palabras, como una arribista decidida a ser famosa y millonaria, a como dé lugar.“Estuvo con el productor, con Quico y luego se metió con el Chavo”, dijo. “Lo malo es que los dos últimos eran casados. Ella rompió el matrimonio de Chespirito”, reveló.Lo cierto es que se confirmó lo que era un secreto a voces: Florinda Meza hizo cambiar a Chespirito, lo volvió más egoísta y más apegado a ganar dinero.Lo rodeó de un cerco en el que se hizo inalcanzable para sus viejos amigos. Ella era el filtro. Casi casi la carcelera del genio de la comicidad.

Cuando Chespirito decidió terminar con el Chavo (ya no estaban Don Ramón, Quico ni la Chilindrina, los principales personajes), solo le quedaba el Chapulín como serie emblema, pero ninguno de sus otros personajes lograron el vuelo y la repercusión de los que integraban la vecindad del Chavo.Aconsejado por Florinda Meza, ya siendo ella su esposa, patentó no solo los personajes, sino también sus respectivas caracterizaciones. “Chespirito no sabía que usaba rellenos para los cachetes y que podía reír o llorar de la manera que yo creé. ¿Cómo podía adueñarse de esas cosas?”, dijo.Quico perdió el juicio por el personaje. La Chilindrina sí logró quedarse con el suyo, aunque el juicio duró más de 12 años.Ayer, vía Twitter, Florinda Meza les contestó a los dos con esta frase: “Pues qué se iba a esperar de la chusma”. El pleito continuará, sin duda. Tanto, tanto como el del Congreso.

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