Neoclasicismo: Corrientes Literarias

El neoclasicismo surgió en el siglo XVIII como forma negativa a los movimientos estéticos donde elogiaban la belleza. Esta etapa tenía un fin didáctico y moral, es decir, se preocupaba por la enseñanza. En las obras regía la razón, el lenguaje claro y estilo sencillo. También, al mismo tiempo, se desarrollaba la Ilustración, con ello los filósofos rechazaban cualquier dogma religioso.

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Además, promovió un regreso de las características de lo clásico donde se valoraba la sencillez y simplicidad de las formas. Los Ilustradores promovieron la investigación de la naturaleza, el desarrollo científico, la educación y la difusión de todo tipo de conocimiento. La literatura neoclásica se dirigió a un público más amplio y realizó una crítica de las costumbres, incidiendo en la importancia de la educación, el papel de la mujer y los placeres de la vida. Se extendió por todo Francia, Reino Unido y llegó posteriormente a España. 

FAMOSOS ILUSTRADORES

Cuando la literatura neoclasicista reaccionó a las influencias barrocas que solo se enfocaban en narrar historias tristes, de mentiras y pesimistas, los ilustradores como Voltaire, Montesquieu y Rousseau, a través de la literatura y la política, daban a conocer la realidad francesa. Mientras que en el Reino Unido la literatura mostraba novelas de aventuras como las de Daniel Defoe, Jonathan Swift, Samuel Richardson, entre otros. Por su parte, en España, después de la segunda mitad del siglo XVII, mostraba admiración por los temas filosóficos y de ciencia. Tuvo como mejor representante a Leandro Fernández de Moratín.

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NEOCLASISISMO ESPAÑOL

El sí de las niñas es una obra teatral escrita en 1801 por el escritor español Leandro Fernández de Moratín. Es una notable obra que también se adapta para una representación teatral que experimenta con la comedia. Moratín tardó 3 años en estrenarla en teatro. La historia describe a una muchacha de 16 años, educada en un convento, que está comprometida en matrinonio con un hombre de 59 años, por deseo de su madre. Sin embargo, la joven ama en secreto a un soldado. Esta comedia dividida en tres actos y escrita en prosa llegó a ser prohibida por la Inquisición porque adelantaba la igualdad de la mujer en la sociedad y animando a rectificar las costumbres y tradiciones de su tiempo.