Miles de ADOPTADOS por familias en EE. UU. enfrentan MIEDO real de DEPORTACIÓN tras toda una vida
Miles de adoptados internacionales en EE. UU., criados como ciudadanos, descubren que no tienen nacionalidad estadounidense y ahora enfrentan el riesgo real de deportación.
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Shirley Chung llegó a Estados Unidos desde Corea del Sur cuando tenía apenas un año, tras ser adoptada en 1966 por una familia estadounidense. Creció en Texas, estudió, trabajó, formó una familia y vivió convencida de ser estadounidense, sin imaginar que décadas después su estatus sería puesto en duda. Su identidad estuvo siempre ligada a la cultura estadounidense, pero un trámite burocrático lo cambió todo: en 2012, al intentar reemplazar su tarjeta del Seguro Social, descubrió que nunca obtuvo la ciudadanía.
La sorpresa amarga de miles de adoptados en EE. UU.
Según el portal 'BBC', el caso de Shirley no es aislado. Se estima que entre 18.000 y 75.000 personas adoptadas por familias estadounidenses no cuentan con ciudadanía legal, y muchas ni siquiera lo saben hasta que intentan obtener documentos como un pasaporte. En los últimos años, algunas han sido deportadas a países donde no tienen vínculos ni dominio del idioma, e incluso se ha reportado al menos un suicidio tras la expulsión. Para muchos, el sentimiento es devastador: crecieron creyendo que eran tan estadounidenses como cualquier otro, y hoy se sienten traicionados y desamparados.
Décadas en EE. UU. y ahora en riesgo: adoptados por familias temen ser deportados.
"No soy inmigrante, crecí aquí"
Otra mujer, adoptada en 1973 desde Irán, vivió una situación similar. Tras décadas viviendo en EE. UU., descubrió que su proceso de naturalización nunca fue completado debido a documentos extraviados. A pesar de haber sido criada como estadounidense, hoy enfrenta dudas sobre su identidad. Dice no sentirse inmigrante, sino alguien cuya cultura de origen fue borrada desde bebé, y quien ahora es tratada como extranjera por fallas del sistema.
Un vacío legal que dejó a muchos atrás
Hasta el año 2000, la adopción internacional no garantizaba automáticamente la ciudadanía estadounidense. La Ley de Ciudadanía Infantil corrigió este problema, pero dejó fuera a quienes nacieron antes de febrero de 1983. Activistas y familias han luchado durante años para cerrar este vacío legal, pero los proyectos para ampliar la ley no han sido aprobados en el Congreso. Para familias como la de Debbie Principe, que adoptó dos niños en Rumania, las consecuencias son angustiosas: teme que sus hijos sean detenidos o deportados si pierden una apelación migratoria.
Temor creciente bajo nuevas políticas migratorias
El clima político reciente ha intensificado el miedo de estas personas. Con el retorno de políticas migratorias estrictas y un aumento en detenciones y deportaciones, organizaciones de apoyo a adoptados reportan un incremento de solicitudes de ayuda. Algunos han comenzado a evitar lugares públicos y a compartir su ubicación con amigos por temor a ser detenidos. Para quienes no lograron regularizar su situación, un simple error administrativo puede significar perderlo todo.
Un llamado urgente a la compasión
Abogados y activistas señalan que la solución requiere voluntad política y empatía. Argumentan que quienes fueron adoptados legalmente por familias estadounidenses merecen los mismos derechos que cualquier hijo biológico.
Cabe mencionar que, Shirley, como muchos otros, solo pide ser reconocida por el país donde creció y que cumplió la promesa hecha a esos bebés que llegaron en aviones hace décadas: convertirlos en estadounidenses. "No somos inmigrantes ilegales", dice. "Solo queremos lo que nos prometieron: pertenecer a este país".
Periodista especializada en tendencias y actualidad. Licenciada en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Certificada en SEO y Marketing Digital. Interesada en temas relacionados con tendencia, coyuntura nacional, farándula y más.
