¿Amaranta se retira de los escenarios? Karina Benites revela que agrupación sufre de extorsión

Amaranta, el popular grupo musical peruano, ha decidido suspender sus conciertos en el norte chico de Lima debido a las constantes amenazas de extorsión que venido recibiendo últimamente.

Los mensajes que causaron intimidación incluyeron vídeos con armas y granadas, lo que ha generado temor y preocupación entre sus integrantes. Karina Benites, la vocalista, ha dado detalles sobre la situación que enfrenta la orquesta y, asimismo, sus medidas que tomarán.

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Amaranta sobre las extorsiones que vienen viviendo

Se tiene que tener en cuenta que esta situación de inseguridad lo vienen viviendo varios artistas peruanos, especialmente en regiones fuera de la capital, donde el crimen organizado parece actuar con impunidad.

Según la vocalista, en declaraciones a 'La banda del Chino', las amenazas comenzaron después de los espectáculos que ofrecieron en lugares como Huaral y Barranca. La situación escaló hasta el punto de recibir demandas de pago para no interferir en sus conciertos futuros.

“Gracias a Dios no pasó nada, pudimos trabajar tranquilamente. Pero el susto y ese momento, es terrible. (...) John, productor del evento, tuvo que acceder por el cuidado de nuestras vidas. No solo soy yo, somos un equipo humano”, dijo la vocalista, quebrándose al recordar el momento.

Se tiene que tener en cuenta que el grupo no dudó en pagar una suma exigida por los extorsionadores para evitar represalias. Ante esta acción, los delincuentes no dudaron en seguir amenazándolos, ante el grupo ha decidió no dar shows en este sitio. “Salí de Lima llorando y decía, Dios mío acompáñame. Nos han mandado videos de armas, granadas”, agregó la cantante al programa.

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Extorsiones asustan a agrupaciones y cantantes

Los artistas y organizadores de eventos se encuentran especialmente vulnerables ante la extorsión y la violencia, lo que representa una amenaza para la realización de actividades culturales y de entretenimiento en diversas regiones del país. Esta situación crea un ambiente de inseguridad que afecta no solo a los involucrados en la industria, sino también al público que disfruta de estos eventos.