Juliana Oxenford cuenta su experiencia con la anorexia: "Le dije a mi mamá, no quiero vivir más"

La periodista Juliana Oxenford recordó la difícil situación que le tocó vivir al padecer de anorexia, trastorno alimentario que provoca que una persona se obsesione con el control de su peso y los alimentos que consume.

En una entrevista con Verónica Linares, la comunicadora reveló que siempre saca cara por las personas que son punto de críticas por padecer de anorexia, ya que ella ha vivido en carne propia el padecerla y lo difícil que fue curarse. Con ello, aseguró que hubiese preferido mil veces ser adicta al alcohol que padecer de este desorden alimenticio que le provocó daños en su cuerpo al punto de llegar a desmayarse en las calles. 

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Al recordar su paso por “Buenos días Perú”, Mávilas Huertas le recordó que siempre la veía con un paquete de galleta y una gaseosa, con ello, le consultó si eso era su único almuerzo en el día. 

“Si. Me comía tres galletas al día y cuando llegaba a mi casa mi porción de papaya. Todo eso sumaba unas 400 calorías que yo creía suficiente en mi cuerpo cuando en realidad necesitaba 1500. Fue peor porque mi cuerpo quema calorías muy rápido, llegué a pesar 34 kilos y me desmayaba cuando estaba en la calle”, reveló en “La Linares”.

Asimismo, aseguró que padeció de bulimia, pues ingería todo tipo de comidas pero luego regresaba. “Con estos trastornos, cada uno buscaba la manera de dejar de existir”, añadió.

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Su madre fue su salvadora

Juliana aseguró que su madre siempre le decía que estaba obsesionada con todo eso, hasta que una vez tuvieron una conversación muy profunda con su madre Liliana Tuja que le hizo cambiar de opinión y poder abrirse a la idea de recibir terapia. 

“Yo le dije a mi mamá prácticamente que me quería morir. Un día le dije “déjame vivir, yo no quiero vivir más” le comentó a su progenitora. Ante ello, su madre le respondió “yo te voy a ayudar y juntas vamos a encontrarle un sentido a la vida”, respuesta que dejó impactada a la periodista y la motivó a empezar sus terapias que tenían una frecuencia de cuatro veces por semana. 

Si bien es cierto el mayor soporte de la conductora fue su familia, no fue nada fácil costear la terapia teniendo tres hermanos más. “Mis hermanos dejaron de comer para que mi mamá pudiera pagar esa terapia, todo era salvemos a Juliana”, finalizó.