Isabel Preysler expone las ÍNTIMAS cartas de amor de Mario Vargas Llosa: "Hoy te beso, en cámara lenta, en tus hombros"

La conexión entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler ha sido objeto de análisis y especulación en los ámbitos literario y del entretenimiento durante varios años. Recientemente, la socialité filipina ha optado por dar un giro a esta narrativa al hacer públicas las cartas privadas que el reconocido autor peruano le envió a lo largo de su romance. En total, se trata de ocho misivas, redactadas entre 2015 y 2022, en las que Vargas Llosa expresa su profundo amor hacia la española, revelando así aspectos íntimos de su relación.

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Isabel Preysler hace pública las misivas de amor que le envió Mario Vargas Llosa

En su autobiografía, Isabel Preysler revela una serie de cartas del célebre autor Mario Vargas Llosa, donde se manifiestan sentimientos profundos de ternura, admiración y deseo. En una de las misivas más emotivas, Vargas Llosa expresa: “Hoy te beso, en cámara lenta, en tus orejitas, en tus hombros, en las manos y en los pies”, reflejando la intensidad de su relación con Preysler, quien fue su compañera durante casi ocho años.

Las primeras cartas, datadas en 2015, revelan el fervor de un hombre enamorado. “Nunca imaginé que me harías tanta falta, que en tan poco tiempo te hubieras vuelto alguien tan imprescindible y querido en mi vida”, confiesa el escritor, mostrando una vulnerabilidad poco común en su imagen pública.

En otro pasaje, el autor evoca el inicio de su romance a través de una escena cinematográfica: “Desde la noche maravillosa de la peletera, mi vida se llenó de juventud, de sueños, de deseos. Amor mío, cada vez descubro en ti cosas bellas, delicadas, pequeños detalles que me llenan de admiración y de felicidad”, refiriéndose al primer beso compartido en la casa de Elena Benarroch.

Las cartas están impregnadas de imágenes poéticas y descripciones líricas. Vargas Llosa se refiere a Preysler como “reinita de los delfines” y utiliza expresiones cargadas de sensualidad, como “me parece que hace siglos desde la última vez que te tuve desnuda en mis brazos”. Cada línea ofrece una visión inédita del Nobel, mostrando a un hombre que ama sin reservas y que se siente agradecido por una felicidad que describe como “una revolución en mi vida”.

Con el paso del tiempo, el tono de las cartas se torna más sereno y reflexivo. En febrero de 2018, Vargas Llosa felicita a Isabel por su cumpleaños, agradeciendo: “Tres años pueden ser una eternidad o el tiempo de un suspiro, y estos tres años que hemos pasado juntos han sido ambas cosas, una larga felicidad y una experiencia veloz”. Un año después, reafirma su dicha: “Ya cuatro años que estamos juntos. Se han pasado corriendo, como pasa el tiempo cuando uno es feliz. Y yo lo he sido y lo soy a tu lado, como nunca antes”.

En las últimas cartas, escritas entre 2020 y 2022, el autor de Conversación en La Catedral reflexiona sobre el paso del tiempo y la madurez del amor. “Gracias, amor mío, por todo lo que me has dado y sé que me seguirás dando”, anota. Su última carta, redactada a finales de febrero, revela un proyecto inacabado: una novela dedicada a Isabel Preysler. “Quiero ponerla a tus pies cuando la termine… Creo que será mi mejor libro y quiero dedicártelo con todo mi amor”, escribió poco antes de su fallecimiento en abril de 2025.