“El Caso de Lucie Blackman”: La historia real detrás del macabro documental de Netflix

El pasado 26 de julio Netflix estrenó “Desaparecida: El caso de Lucie Blackman”, un documental que narra terrorífica historia que vivió una joven británica de 21 años que repentinamente desapareció en medio de la ciudad de Tokio, en Japón, en el año 2000.

Esto desencadenó una investigación internacional y la búsqueda de justicia tras encontrar su cuerpo. Si aún no viste el documental de la plataforma de streaming y eres un curioso de los casos de misterio, aquí El Popular te cuanta todo lo que se sabe del caso que sigue vigente 20 años después.

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¿De qué trata “Desaparecida: El caso de Lucie Blackman”?

En sus 82 minutos de duración (1 hora con 22 minutos), el documental muestra un acceso sin precedentes a los investigadores japoneses originales que trabajaron en el caso de Lucie Blackman.

Cabe señalar que el nuevo true crime de origen japonés, dirigido por Hyōe Yamamoto, está basado parcialmente en el libro de no ficción “The Detectives’ Elegy: Tokyo Metropolitan Police Department Criminal Investigation Division”.

Así, durante la película vemos imágenes de archivo y entrevistas a los involucrados, acompañada de escenas que retratan la ardua labor del Departamento Metropolitano de la Policía mientras van encontrando pistas sobre el más macabro crimen sexual en la historia del país asiático.

“1.º de julio de 2000. La joven británica Lucie Blackman, de 21 años, desaparece en Tokio y desencadena una investigación internacional y una incansable búsqueda de justicia”, se lee en la sinopsis oficial.

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La historia real detrás de “Desaparecida: EL Caso de Lucie Blackman”

El 4 de mayo de 2000, Lucie Blackman y su amiga Louise Phillips, ambas de 21 años, viajaron a Tokio luego de renunciar a sus trabajos como azafatas en British Airways para conocer las diversas culturas de Asia. Durante su estadía en la ciudad nipona, las británicas alquilaron una habitación en el primer piso de una casa de huéspedes cerca del Estadio Olímpico de Tokio.

Dado que solo contaban con visa de turista y estaban buscando trabajo para conseguir dinero mientras estaban en Tokio, las jóvenes consiguieron un puesto en el bar Casablanca, ubicado en el distrito de Roppongi.

Este como otros clubes en Japon, cuentan con el servicio de citas, por lo que Lucie tendría una, el 1 de julio del mismo año, con un hombre con el que ya había salido antes y quien le había obsequiado un teléfono y un champán Dom Pérignon.

Según The Crime, la joven nunca regresó al cuarto que compartía con su amiga Louise. Al día siguiente, Phillips recibe una misteriosa llamada, en la cual un hombre le comenta que su mejor amiga se había unido a un culto.

Las autoridades japonesas no le dieron mucha importancia al caso debido al trabajo de Lucie, pero de inmediato las autoridades británicas tomaron el caso. De tal modo que, el entonces primer ministro Tony Blair intercedió en el caso y obtuvo atención internacional.

Tras una larga búsqueda, el 9 de febrero de 2001, la Policía halló lo que quedaba del cuerpo de Lucie. La escena era grotesca. Ella había sido desmembrada y enterrada en una tumba poco profunda bajo una bañera en una cueva junto al mar de Miura, Kanagawa.

El hallazgo sucedió muy cerca al condominio de Joji Obara, un heredero millonario dedicado al rubro inmobiliario que figuraba como principal sospechoso de la desaparición de otra joven extranjera, Carlita Ridgway.

Seis años después, en el 2007, Joji Obara recibió la condena perpetua por el Tribunal Superior de Tokio tanto por el asesinato de Ridgway, como por la violación de ocho mujeres. Sin embargo, fue absuelto por los cargos del homicidio de Blackman.

Pronto las pruebas iban girando en su contra, siendo así que sus visitas recurrentes al club y la compra de una motosierra lo terminaron apuntando como el culpable del secuestro, asesinato y desmembramiento de Lucie. De tal manera que, se confirmó su cadena perpetua. Y se cree que ha llegado a violentar hasta de 400 mujeres.