Ethel Pozo: ¿A qué se quería dedicar antes de ser conductora de América hoy? [VIDEO]

Aunque ahora tiene el trabajo soñado para algunos comunicadores, Ethel Pozo aprovecha su entrevista con la periodista Verónica Linares para aclarar que, si bien le gusta estar trabajando como conductora de televisión, ese no es el trabajo que siempre soñó tener. Descubre todas las confesiones de Ethel Pozo, aquí.

Pese a que estudió la carrera de Comunicaciones, Ethel Pozo confiesa que su verdadera pasión siempre ha sido ser actriz, algo que aún no ha podido realizar hasta el momento como ella hubiera querido, pero no deja de intentarlo, pues cada vez que se entera de una nueva audición llama para saber si al fin logra tener la oportunidad.

“Lo primero que hice al salir del colegio fue ir al taller de Roberto Ángeles, pero a la par practicaba en la agencia de publicidad”, comentó Ethel Pozo, inspirada por su historia. A la vez, confesó que tuvo dificultades porque corría de un lado a otro intentando trabajar y seguir su sueño: “Siempre llegaba un poco tarde”.

Lo más triste para ella fue revelar cómo lo dejó: “Un día Roberto me dijo concéntrate ‘qué es lo que quieres’, y yo quería las dos cosas, quería trabajar y actuar, pero entendía en ese momento que no podía vivir de la actuación, y entonces me dijo ‘no, aquí gente que sea 24/7 actuación’ y con el dolor de toda mi pasión dije bueno”. Sin embargo, no deja de intentarlo.

Ethel Pozo: ¿cuántos tatuajes tiene y cómo reaccionó su mamá al enterarse?

Ethel Pozo confesó que ella sí ha sido la típica adolescente rebelde, pues en su juventud tuvo comportamientos que dejaban a su mamá Gisela Valcárcel sin saber qué hacer. Por ejemplo, dentro de las locuras que hizo están el haberse teñido el cabello para tener un mejor look, pero lo más sorprendente y de lo que se arrepiente, es de haberse tatuado.  

“A los 15 años, me hice un tatuaje de una calavera en la espalda, horrible”, comentó la conductora de América TV, quien después se arrepintió de haberlo hecho. “A los 18 me hice una flor encima para taparlo, en la rebeldía no sientes”, confiesa indicando que en su madurez ya le parece doloroso por lo que la flor está sin colores, aunque logró tapar la calavera sigue sin gustarle.

Pero lo más curioso, fue la anécdota detrás del día que se tatuó. “Fue un día que salimos de la U y había un clásico, nos metieron 4 goles, fue terrible. Más me dolió el gol que nos hacían que mi tatuaje. He sido terrible”, señaló Ethel Pozo.