Silvia Cornejo goza de soltería en boda de Marina Mora: "Ahora soy una chica mala" [VIDEO]

Las exreinas de belleza, Maju Mantilla y Silvia Cornejo eran las invitadas fijas a la boda de Marina Mora y el empresario chileno Alejandro Valenzuela, que se celebró, ayer, en una fiesta privada en Pachacamac. El matrimonio fue el motivo perfecto para que las tres amigas se reencuentren. No solo se pusieron al día con los chismecitos, también empinaron el codo y bailaron hasta las últimas consecuencias.

La exconductora de 'América Espectáculos' que fue protagonista de varias peleas Jean Paul Gabuteau, se robó el show desde que llegó a la fiesta. Silvia, que lució un hermoso vestido largo, se vaciló a lo grande con las canciones de moda. Primero empezó a mover el esqueleto en su silla, mientras que animaba a bailar a Maju y su esposo Gustavo Salcedo. Al escuchar una marinera, sacó su pañuelo, como buena nortela.

Momentos más tarde, no se pudo resistir y salió a romperla en pista de baile al escuchar la canción 'La gozadera' de Gente de Zona y Marc Anthony. La Cornejo estaba en su propia hora loca. Dejó chiquita a la novia con sus alegres movimientos. Maju le siguió el ritmo y eran la dupla perfecta en la fiesta. Hasta la misma Laura Huarcayo se quedó con la boca abierta al verlas vacilarse a lo grande.

Apenas escuchó el tema 'Tusa' de Karol G y Nicky Minaj, la modelo, que hace varios años se peleó con Sofía Franco, volvió a tomar su puesto en la pista de baile y demostró que también le entra al canto. "Pero si le ponen la canción le da una depresión tonta, llorando lo comienza a llamar, pero él la dejó en buzón. Será porque con otra está fingiendo que a otra se puede amar, pero hice todo este llanto por nada ahora soy una chica mala".

La modelo e influencer estuvo hace unos días en Miami, haciendo compras y todo lo compartió con sus seguidores de Instagram. También se dejó ver en sus extensas rutinas de ejercicios en la tierra del tío Sam. Lo cierto, es que la joven madre está soltera y puede hacer de su vida lo que quiere, como dice la canción de Tilsa Lozano.