Cheo Feliciano: último adiós fue a lo grande y con pura salsa

Su entierro fue un verdadero espectáculo. Al ritmo de sus canciones Una tumba humilde y Los entierros de mi gente pobre, el salsero recibió el último adiós en el cementerio La Piedad, en Ponce, su ciudad natal.

Hasta el camposanto llegó el cortejo fúnebre que paseó por las calles de Puerto Rico. Aunque el sepelio fue en estricto privado a pedido de su familia, el público se arremolinófrente al portón principal del cementerio.

“¡Cheo vive!”, “¡Cheo, Cheo!”, exclamaron sus miles de admiradores que se treparon a los techos de las casas vecinas para ver el féretro y lanzarle flores. “¡Familia!”, gritó el hijo menor de Feliciano, agradeciendo al pueblo que hacía sonar sus maracas

Mientras sonaban los acordes del tema Amada mía, muchos concurrentes pugnaron por ingresar al cementerio, por lo que la policía tuvo que formar una barrera. “ADIÓS MI AMOR” Compungida, su viuda Socorro “Coco” Prieto León se despidió de su amado con una frase llena de dolor: “Adiós, amor de mi vida”.

Con 56 años de matrimonio, Cocoaún no sale del shock y, pese a su enorme tristeza, organizó junto con su cuñado, el hermano del compositor, y sus hijos, el inolvidable funeral que se prolongó por tres días.

SALSEROS DOLIDOSEntre los salseros que despidieron a Cheo, estuvieron Oscar D’León, Andy Montañez, Tito Nieves, José Alberto “El Canario” y Gilberto Santa Rosa, entre otros.