Rosángela Espinoza: La bella villana de Bienvenida la tarde

Alex Valenzuela

Fotos: Marco Cotrina

El ritmo del cajón negro  sacude su cuerpo. El festejo enciende su piel desde que tenía 8 años. En la Unidad Vecinal Matute, el corazón aliancista de La Victoria, Rosángela Espinoza (24) late a mil por hora. Es la chica del verano, la vecina brava que guerrea en el reality.  

En su barrio, los niños se toman selfies con ella. “No entiendo por qué la atacan tanto en Bienvenida la tarde. Ella nunca estuvo en escándalos. Una vez ‘Zumba’ la estuvo enamorando, pero no pasó nada”, dice su madre doña Blanquita.  Pero Rosángela interviene y cuida que su mamá no hable más de la cuenta.  

—¿Cuándo empezaste a tocar el cajón?

—Ocurrió cuando tenía 8 años. Fue en el grupo de danzas llamado Folclor negro y punto. Su director me hizo descubrir ese talento. Bailé festejo hasta los 15 años. El ritmo del cajón siempre quedará marcado para toda mi vida, aunque ya no toco con la misma frecuencia.

—¿Viviendo tan cerca del estadio aliancista has conocido futbolistas?

— No, nunca fui pareja de futbolistas. Recuerdo que una  vez pasaba por la canchita de Matute, y en ese momento había una sesión de fotos con Paolo Guerrero y la “Foquita” Farfán. La gente estaba amontonada, me acerqué a verlos, pero no les pedí autógrafos porque soy muy tímida.

—¿Hincha de Alianza Lima?

—¡Claro! El estadio está a la espalda de mi casa. La primera vez que asistí a un clásico fue con mi hermano. Al “Loco” Vargas también lo vi jugar, pero a mí me gusta más Paolo por su actitud y como futbolista.

— ¿Haces tu propia previa antes de cada cotejo? 

—(Risas). Claro, depende de la ocasión y cuando estoy con mis amigos, aunque veo los partidos por la tele. 

— ¿Tuviste juegos de barrio?

—Como toda chica de barrio cuando era niña jugaba kiwi, matagente, las chapadas y las escondidas. Pero no podía pasar de un perímetro porque sino me castigaban. Mi hermano siempre fue mi guardaespaldas cuando se me acercaban los chicos.

— ¿Tienes un carácter fuerte?

—No me dejo pisar el poncho por nadie. Y tampoco me gusta hablar groserías. 

— ¿Estás enamorada?

—(Sonríe). Aún no, pero investiguen pues. ¿Si me han propuesto matrimonio? (Piensa). Se ven las intenciones cuando quieren algo serio, pero por ahora otras son mis metas. 

— ¿Perdonarías una infidelidad?

—No perdonaría un engaño. Si me entero, adiós. 

— ¿Te consideras una mujer sensual?

—Sí, bastante. Mi sensualidad la transmito a través de la mirada.

— ¿Eres la villana de Bienvenida la tarde?

—En un programa de competencia, siempre habrá rivalidades. Ahora veremos si gano la corona de la Chica del verano 2014, porque ya tengo la corona de la Chica de la primavera. 

TRAVESURAS DE LA NIÑA

“Fui traviesa pero bien educada. Es decir, antes tocaba los timbres y me iba corriendo. Ahora soy más seria”, manifiesta Rosángela.  Asegura que los niños la adoran, y por eso incursionará como animadora infantil. “Tengo un sobrinito que tiene hidrocefalia y está en un colegio especial y buscamos donaciones para implementarlo”, revela.