Ex árbitro FIFA César Córdova hace revelación: "Arrué me mordió por no sacarle la amarilla a Soto"

Incidente ocurrió en 1993 en el Cristal-Alianza. Era un juez que pertenecía a la Policía Nacional e imponía respeto.

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Fue un árbitro que tuvo vigencia hasta el 2003, pero su historia destaca porque era policía.
Fue un árbitro que tuvo vigencia hasta el 2003, pero su historia destaca porque era policía.Fuente: Archivo - Crédito: GLR

De: Víctor Arrunátegui Acosta y Javier Rodríguez Trillo

César Benjamín Córdova Nué nació en Barrios Altos. Fue un árbitro que tuvo vigencia hasta el 2003, pero su historia destaca porque era policía -sirvió durante 33 años- y en cada toque de silbato buscaba hacer prevalecer su autoridad. Fue protagonista de varios incidentes con jugadores y hasta con técnicos, siendo el más recordado la mordida recibida por Miguel Ángel Arrué, técnico de Alianza Lima, en el partido con Sporting Cristal.

—Qué bueno reencontrarnos señor Córdova. ¿Qué recuerdos de su inicio de árbitro?
—Llegué a ser árbitro de fútbol sin imaginarlo, ya que tenía un partido en la Unidad Policial de la 22 en la Comandancia de Asalto y me lesioné, así que me tocó arbitrar.

—¿Entonces ese fue su debut arbitral?
—Sí, te sigo contando la historia. Expulsé a un teniente por una fuerte falta y este como represalia me mandó a descansar. Un capitán que vio este incidente me llevó a la Federación Peruana de Fútbol, porque había un curso para aspirantes de árbitros y ahí empezó mi historia que se prolongó durante 21 años.

—¿Qué árbitro le dio el espaldarazo?
—Mi maestro fue el recordado César Orosco, quien me instruyó y guio en esta difícil carrera. En 1993 llego a obtener la insignia FIFA hasta el 2000, en que me retiré por límite de edad a los 45 años.

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Historia dolorosa

En un partido, en el estadio Nacional en 1993, Carlos Guido es trabado por el bajopontino Jorge Soto, por el que pedían tarjeta amarilla que no se dio, provocó una reacción violenta de los íntimos.

—¿El encuentro entre Cristal y Alianza de 1993 será uno de los encuentros que siempre lo marcó por el incidente ocurrido contra usted?
—Los jugadores de Alianza se me vinieron encima porque pedían amarilla para el jugador del Cristal, pero creía que no lo ameritaba.

—¿Cuándo aparece el técnico Miguel Ángel Arrué?
—Era el que más gritaba y muy vehemente me decía: “Sácale tarjeta, sácale tarjeta” y me encaró. Di la media vuelta para reanudar el juego y le pido que vaya a su sitio. No me hizo caso, vino atrás y me mordió entre el hombro y el cuello, me dolió. Fue algo rápido.

—¿Lo sacaron con sus colegas policías?
—Sus auxiliares y suplentes se lo llevaron porque estaba fuera de sí. Los jugadores titulares se me acercaron preocupados y me decían: “Profe, tranquilo, no lo vaya a sancionar, entiéndalo se ha salido de sus cabales.

—¿Entonces su informe fue lapidario?
—En mi informe a la Coreja no lo empapelé, pude denunciarlo en la comisaría que está cerca al estadio, en Petit Thouars, pero tampoco lo hice.

—¿Hay alguna historia más larga para contar?
—El dirigente de Alianza Lima, Alex Berrocal, me pidió que no saliera porque los barristas de su club me estaban esperando. Pero le respondí que afuera había 300 colegas que me iban a proteger. Le comenté que lo que había ocurrido con Arrué quedaba en el campo y no iba a proceder. Y escucho luego que los barristas que estaban frente a la puerta 4 empezaron a gritar: “Córdova corazón, Córdova corazón, Córdova corazón”.

—¿Entonces se encontró con los barristas?
—Igual no salí hasta que se fueron.

—¿Se encontró alguna vez con Arrué? ¿Le pidió perdón?
—A Arrué lo sancionaron tres fechas y el percance quedó ahí. Después de tiempo nos encontramos y me pidió disculpas y nos saludamos con un abrazo. El fútbol es así, enciende pasiones, sentimientos y emociones, por eso es considerado como el Rey de los deportes.

—Así como incidentes no tan gratos, debe haber algunos que sí son emocionantes de recordar?
—Debido a mi buena labor arbitral fui elegido para arbitrar en 1996 el partido internacional entre Alianza Lima y Real Madrid, y tuve la responsabilidad de dirigir en la despedida de César Cueto.  Tuve la oportunidad de dirigir en eliminatorias entre Bolivia y Colombia en La Paz a “Platiní” Sánchez, “Diablo” Etcheverry, “Pibe” Valderrama, Faustino Asprilla, entre otros.

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Guapeo a Waldir

—¿Ser policía era un plus para dirigir los partidos?
—Los jugadores mayormente me tenían respeto porque los trataba como que son profesionales y también era recíproco el respeto. Tampoco se puede negar que me tocó algunos jugadores groseros, respondones que hasta te amenazaban.

—¿Se recuerda de los encontrones con Waldir Sáenz?
—Primero quiero decir que su padre, que esté en la gloria del Señor, era mi colega y amigo. Me apoyó en mis decisiones. Waldir venía con antecedentes de grosero y contestón. Yo los amonestaba y los guapeaba para que entraran en razón, porque para mí no era bueno echar jugadores. “Tranquilícese señor Waldir”, le decía.

—¿Entonces nunca lo expulsó?
—No, cuando se ponía en plan de reclamar hablaba con su capitán Paulo Hinostroza: “Hable o cambie usted al señor Sáenz, está hace rato pidiendo su tarjeta, se lo dejo a usted, se lo encargo y ya no es mi problema”.

—¿A qué jugadores bravos le tocó arbitrar?
—Hay varios que eran retadores, pero prefiero mantener sus nombres en reserva porque algunos no están en este mundo o están enfermos. Yo les advertía y como seguían, los expulsaba en una.

—¿No habrá querido encontrarse con más de uno?
—He coincidido con varios de ellos, nos saludamos y nos damos un apretón de manos, como debe ser. El fútbol nos unió y quedan esos buenos recuerdos y la amistad.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.

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