Carlos Aparicio hace un paralelo del vóley de ayer y de hoy: “Ahora te dicen, a mí no me gritas”

Reconocido DT fue parte de la época de oro de nuestra selección. Hoy sigue en la brega al frente de Alianza Lima.

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Carlos Aparicio es un hombre de vóley y cuenta sus mejores anécdotas.
Carlos Aparicio es un hombre de vóley y cuenta sus mejores anécdotas.

Han pasado más de 30 años desde que Carlos Aparicio asumió por primera vez la conducción del equipo de vóley de Alianza Lima y le regaló varios títulos.

El DT, como era de esperarse, vio pasar dirigentes y jugadoras, de manera que conversar con él no solo es conocer más de la historia del equipo íntimo sino también del vóley nacional. Sus inicios con Akira Kato y su graduación con Man Bo Park lo marcaron y hoy mantiene el espíritu de ambos con la ilusión de aportar lo mejor a este deporte que tanto ama y que el hincha  íntimo debe conocer.

El mano a mano con Carlos Aparicio

—¿Cómo está profesor? ¿Cómo ha recibido el 2022?
—En casa, tranquilo, en familia. Extrañando a los que se fueron. Con mucha ilusión de mejorar lo del año pasado.

—Alianza sigue creciendo, si hablamos de vóley.
—Tenemos una visión clara de a dónde apuntamos. Hemos sumado dos subcampeonatos seguidos con todas las limitaciones que tenemos y esperamos este año, pese a que tenemos algunos temas por resolver, salir adelante y lograr el título ahora sí.

—Habla de temas por resolver, ¿se refiere solo a la pandemia?
—En parte, sí. Alianza está acostumbrado a salir adelante pese a los obstáculos. La pandemia, sin duda, es uno de ellos. Pero además, hemos tenido que bregar con temas como el de no tener un lugar para entrenar, somos el equipo gitano de la Liga, porque vamos de un lugar a otro buscando horarios y espacios, y en eso debo agradcerle mucho a la Federación de Vóley que nos apoya.

— ¿Cómo nació la idea de hacer un equipo de vóley que represente a Alianza Lima?
—Nos fusionamos en 1991 con el club Santa Teresita, que yo dirigía, y así abreviamos los procesos para llegar a la División Superior de Vóley (Disunvol). Fuimos tricampeones (91, 92 y 93) y en el 94 quedamos segundos en el Sudamericano de Clubes campeones de Sudamérica.

Carlos Aparicio, entrenador histórico de Alianza Lima vóley. - FUENTE: Difusión.

Carlos Aparicio, entrenador histórico de Alianza Lima vóley. - FUENTE: Difusión.

EQUIPO DE PRIMERA

—¿Qué jugadoras recuerdas de esa época?
—En el equipo del 91 estaban Rosa García, Gina Torrealba, Raquel Chumpitaz, Jessica Tejada, Margarita Delgado, entre otras. En el segundo año estuvieron Natalia Málaga, Dennise Fajardo, Patricia Soto y aparecía Leyla Chihuán. Y para el tercer año vino Gaby Pérez del Solar, pero se fue Denisse. También estaban Sara Joya y Janet Vasconsuelos.

—Tremendos equipos...
—Eran otras épocas. Antes las jugadoras entrenaban más de 8 horas con la presión que se sabía era necesaria para salir adelante, para ser convocadas. Ahora tú alzas la voz y ya te están diciendo “a mí no me gritas”, o entrenan dos horas y te dicen que se tienen que ir que no pueden seguir, que se tienen que ir a Estados Unidos, qué se yo, pero las prioridades han cambiado y, por ende, la disciplina también.

—¿El vóley peruano ha evolucionado?
—Lo que yo creo es que no se avanza lo suficiente. Hace muchos años, cuando empecé con Akira Kato, y luego como asistente de Man Bo Park, la mentalidad era otra, era de constancia en el entrenamiento, pensar primero en tu selección y en tu club, y combinar eso con lo demás.

—¿A nivel de Sudamérica, nos han sacado mucha ventaja?
—Solo hay que mirar qué refuerzos están trayendo a la Liga. Antes era impensado traer a una jugadora chilena, ahora, el año pasado tuvimos una en la Liga que jugaba muy bien y ahí no más uno se puede dar cuenta. Perú ya no puede mirar por encima a nadie o pensar que somos más que Colombia, Argentina, Chile o incluso Venezuela.

—¿Se hace bien en traer técnicos de afuera para la selección?
—Pero el punto es ¿cuál es la visión que se tiene? Cuando un DT extranjero pierde, se pide calma, y se habla de procesos, pero cuando pasa eso con un técnico nacional, los procesos se olvidan y se le deja de lado.

—¿En algún momento le gustaría tener una nueva oportunidad con la selección?
—No me voy a correr a tu pregunta y debo decir que sí me gustaría, si me convocan, claro que voy. Tengo todo el ánimo de dirigir a mi selección.

—¿Lo han vuelto a llamar en algún momento?
—En algún momento, hace algunos años me ofrecieron el puesto, pero la directiva de ese momento en la Federación me dijo que tenía que dedicarme solamente a la selección, y yo no quise, porque yo no iba a dejar mi club para someterme a la posibilidad de que ellos no respaldaran mi trabajo ni mi proceso.

—¿En el Perú hay mucho talento en vóley o ya no tanto?
—Por supuesto. Por eso yo siempre digo, el problema del vóley en nuestro país no está en las canchas de entrenamiento, ni en el campo de juego, estuvo por mucho tiempo en las oficinas. Esperemos que eso vaya quedando atrás.

—¿Cómo era entrenar con Akira Kato y Man Bok Park?
—Akira fue tan buen maestro, que tuvo una generación de jugadoras que se volvieron excelentes maestras, y eso a su vez dio la base para que Man Bo Park tuviera esa generación dorada de vóley que lamentablemente hasta ahora no se ha podido reeditar.

—¿Alguna autocrítica sobre su paso por la selección?
—No sé si autocrítica, pero si dejar en claro que a pesar de la escasez que me dieron, con un equipo en donde 16 jugadoras me dijeron que no, sin preparación previa, yo siento que cumplí. Y si me llaman podría volver, pero eso no depende de mí. Solo sé que siempre estaré para apoyar a que la selección mejore.

SOBRE EL AUTOR:

Comunicadora de profesión, periodista deportiva por vocación. Bausatina. Mami de Gaby.

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