Claudio Torrejón cuenta sus anécdotas en el fútbol: "En Armenia no teníamos traductor y no entendíamos nada"

El volante también estuvo en EEUU, España y Uruguay. Su familia y él se contagiaron el 2020, pero todos pudieron recuperarse.

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Claudio Torrejón cuenta sus anécdotas en el fútbol
Claudio Torrejón cuenta sus anécdotas en el fútbol

Muchos futbolistas, se sabe, son trotamundos. Muchas veces su destino cambia de un día para el otro y alistan maletas y se suben al avión.

Con Claudio Torrejón ocurrió lo dicho. Hoy es jugador de Sport Boys, pero antes pasó por equipos de países que no imaginaba, con todo lo que traen esos cambios, pero siempre fue para adelante.

Alguna vez tuvo que recurrir a Google para saber dónde quedaba su próximo paradero, como cuando firmó por el Ulisses FC de Armenia, un país con el que nos distancian más de 14 mil kilómetros.

Sin embargo, el volante rosado no se arrepiente, asume que son cosas del fútbol.

¿Dónde se dieron tus inicios en el fútbol?

Yo comienzo en las formativas de Cristal, llego a los 12 años y debuto a los 17 en primera.

¿Qué recuerdos de la etapa escolar?

Estudié en el colegio Santísimo Nombre de Jesús, era becado por el fútbol, y nos comenzó a ir mejor en Adecore conmigo y otros dos compañeros más. Los profesores al comienzo me daban facilidades, pero en el tercer y cuarto de secundaria yo ya estaba en primera y en la sub-20, entonces ya no podía jugar por el colegio y me retiraron la beca.

¿Ibas a la par con los estudios universitarios?

Ingresé a la Científica del Sur en Psicología, pero no se me dio el tiempo.

¿Recuerdas tu debut profesional?

La fecha no recuerdo, pero fue un amistoso en la Copa Crema ante el Arsenal de Sarandí y me expulsaron. Estuve solo siete minutos en el campo. Y a la siguiente semana fue de manera oficial contra Melgar, entré faltando 15 minutos.

Europa y América

Tu pase al Ulisses FC de Armenia el 2015 fue una sorpresa, ¿no?

Sí. Un representante argentino me dijo sobre la posibilidad de ir a Armenia, le dije “vamos para adelante”, porque solo tenía una oferta de un equipo de provincia que no me convencía. Cuando colgué el teléfono no sabía dónde quedaba Armenia, entonces por Google recién me enteré que estaba al otro lado del mundo, al costado de Rusia, Azerbaiyán y Turquía.

¿Qué pensaste?

Lo primero que se me vino a la mente es que estaría en zona de guerra, pero no, es un país superseguro.

Cuéntanos tu travesía por Armenia...

Mira, yo soy nacido en Estados Unidos y hablo bien el inglés, dije bien, pero eso no me sirvió de mucho en Armenia, porque allá hablan ruso o armenio. En ese tiempo tenía un compañero nigeriano que hablaba inglés y con él vivía. El resto era un poco cerrado...

Todo muy complicado...

Siempre dije que los seis primeros meses en Armenia fueron los más complicados de mi carrera, me tuve que adaptar a muchas cosas porque no teníamos traductor y no le entendía nada al entrenador. ¿La comida? No era buena, yo vivía en el hotel y pedía comida internacional.

¿Fue un golpe duro?

Sí. Respecto al Perú, la diferencia de horario es de 7 horas, cuando yo me levantaba acá, allá ya estaban terminando el día, eso complicó la relación con mi esposa y otras cosas. Lo importante es que logré aprender lo básico de ruso y armenio.

Después pasaste a otro equipo de ese mismo país, el FC Banants Ereván...

En ese equipo la mayoría hablaba inglés, había nigerianos que querían hablar español, también con mi esposa terminamos enseñando a la secretaria del club nuestro idioma, con las jergas respectivas.

Hasta que el 2017 regresas a Sudamérica y firmas por el Fénix de Uruguay.

El fútbol uruguayo tiene su sello de ser brusco, de mucha fricción y adopté muchas cosas a mi juego.

Pero sucede que ese mismo año regresas a Europa, a España...

Llego a Lugo, pero por cupo de extranjeros me ceden al Cerceda de la Segunda B.

De vuelta a casa

Y así el 2019 regresas al Perú y firmas por Sport Huancayo.

Tenía varios años afuera y se apareció la oferta de Huancayo. Yo me adapté, pero a mi esposa le chocó la altura, porque veníamos de La Coruña, que es playa.

Bueno, pero desde el año pasado estás en Sport Boys, en el Callao, a nivel del mar.

Sí, este año se han hecho varios cambios y confío en que nos vaya bien. A nivel personal, me dio Covid-19, pero ya me he recuperado, fui asintomático y me tuve que ir de las prácticas.

¿Te golpeó mucho la enfermedad?

A mi familia nos empezó a tocar desde noviembre, a mi abuela, mi abuelo... Gracias a Dios no se fue ninguno. Pero en esta pandemia se ha reforzado la unidad de la familia. Yo cocinaba los sábados y domingos.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.

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